viernes, 21 de agosto de 2015

Piedra densa de silencio




Las piedras también se mueven. Otras siempre han estado. Todas guardan memoria muda.



         Mirar lo que amas, interpretarlo como un yo fuera de ti, puede dar más sentido a la vida. Somos centro de una nada cada uno de nosotros. Centro es la vida mientras es: después, los mismos paisajes serán ya de otros. Quizás otros centros en otros tiempos se conmuevan por la mirada ciega hecha alma de las piedras.



Estas piedras saben mi nombre:

en las miradas que he sido,

iletradas, sabrán callar

la trascendencia de mi olvido.



Ser piedra. Siempre la misma. Vencida por el agua, que siendo la misma, siempre es otra y no se cansa de besar lo que quiere.