domingo, 20 de junio de 2021

Meditación antimindfulnésica

 


 

         En la dimensión vital hay un atanor literario que fertiliza lo vivido. La aparente superposición de pantallas no es lo mismo: esa juega con la ventaja del monopolio de la atención, que no es plena sino ajena y alienante (o enajenante). Dice Alejandro Casona en La barca sin pescador (me lo recuerda Paula Corripio Ramos) que es la usura de siempre: “primero  fabricáis los enfermos y después los hospitales”. Hospitales de pago para enfermedades inducidas y lucrativas. El sistema y las personas, cuya alteración de prioridades sí altera el producto: gana la banca del sistema. Y esa macroestructura no es consecuencia humana: es producto de la dejación fagocitadora. Podemos llamarlo capitalismo emocional: una ameba digital con apariencia de Medusa seductora.

 

                                      A Malud Alcázar Casas, por el magisterio espiritual

 

La pregunta hoy es cómo podemos convencer a la humanidad para que acceda a su propia supervivencia”

 

         Bertrand Rusell

 

 

                                                                 

        Sindéresis

 

Desembarazado te pariste

engendrando a quien

te guiará en el futuro

sinergiando dispergias

 

(Me hablo desde un tiempo

atalayado:

sigo siendo

en el desdisfrazarme

que hilvana

mi identidad)

 

 

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