Dos miradas (dos espacios, dos tiempos) que crean una posible realidad falsa: alguien que mira el esplendor de la buganvilla, alza la cabeza para tomar aire ante tanto esplendor vertical y sorprende en el cielo, oxigenado ya, a los vencejos mejorando en piruetas el vuelo de los aviones que los ignoran.
No fue cierto. Ahora sí.
La buganvilla:
magenta enredadera:
papel de seda.
Trenza el vencejo
(desleal competencia)
la recta estela.
Para saber más sobre los vencejos (y para poder admirarlos en hermosas fotografías) no dejéis de entrar en el siguiente enlace de Tomás Crespo Andando por las ramas
Em miraré les buganvilies d'una altra manera...
ResponderEliminarHo pots fer, estimat Galderich, cada dia, si vols: aquesta, concretament, la veus cada cop que vas a treballar.
EliminarAgraeixo que el minimalisme de haiku et permeti subvertir la visió d'alguns detalls del món. A aquests llimbs buganvilles i falciots de veritat passen a ser de mentida per poder ser de veritat, d'una altra veritat.
La bungavilla, que hermosura, en mi país le decimos Santa Rita.
ResponderEliminarMe gustó mucho conocer tu espacio, en la casa de mi infancia había "bungavillas"
http://descubriendonuestrointerior.blogspot.com.ar/2012/01/sol-de-enero.html
Cariños.
Gracias, Adriana Alba, por descubrirme tu interior, en otros centros del mundo, y hermanar vuestra santa rita y nuestra buganvilla en tan breve espacio. Este limbo también es una casa de la infancia.
Eliminarpequeños fragmentos cargados de un gran significado... muy bueno, gracias por la página.
ResponderEliminarUn saludo para el blog!