A Gabriela Amorós Seller, por tanto.
“salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada”
San Juan de la
Cruz. “La noche oscura”
“Ven
corporízame
como yo te almo”
Gabriela Amorós
Seller. “Una carta enviada al cuerpo”, “Destellos 32” en La Fragua Cero. Madrid: Izana editores, 2014.
Platonismo carnal. Cuando el alma y el amor se
encuentran destilan placer: “hedoné”,
“voluptas”. Goce en su sentido más
trascendente, casto y bello. Sus rosas rojas anuncian a Venus. Y todo lo
contiene la gracia del cuerpo almado, del alma corpórea de la mujer en la
eclipse de luz de su ser también desde fuera. Psique y Eros se trenzan para
florecer en el sexo de pétalos dobles.
Erotismo,
mística del sexo en la frontera íntima, en el querer encontrarse en el dentro
desde el afuera. La gavilla de vida que se desgavilla, solidez que se licua
para ungir. Invitación a sorber la caña de los huesos dulces, sin tocar: ver es
epifanía.
Marcar
la entrada, dar voz, contornear los labios para dejar franca la salida.
Buscar
los vértices romos, ensanchar el paso de la ósmosis, entretenerse en las
esdrújulas.
Ir
más al fondo, no conformase con el portal, explorar lo interior.
Ya
dentro, entrar y salir, emborronar palabras, confundirlas para mezclarlas,
crear acrónimos que cifren lo inefable, cantar onomatopeyas.
Querer
tocarse por dentro, compulsivamente, ser toda dedos curiosos e ingenuos amantes
del caos que provocan, desparramar sinalefas como fuegos artificiales, gozar los hiatos.
Desmadejarse,
finalmente, agarrarse el libro del sentir que todo lo ha sabido decir: haber
sido alma abonada, sinécdoque sensual, creatividad de la repetición de
estimulantes matices. Haber sido isla del instante en el mar del momento, en el
cosmos de la nada; vértice pleno que vuelve al valle cóncavo de querer volver a
ser deseo saciado.
*
Marte,
vencido por la emoción, voyeur, como
un animal herido, se recoge al amparo de la contemplación sublime y humana,
uncido a su belleza, en acción pasiva pletórica de actividad espiritual.
Alma
de papel, letras que buscan en lo digital y encarnado la luz que les de cuerpo,
aire, vida. Carta urgente sin prisa que ha remitido un castillo de naipes al
deseo, volutas y arabescos a la emoción desbocada que han dejado su casa sosegada.
Todas las imágenes son de la
artista Jen Mazza (Washington, 1972), de
su serie de cuadros “Red letter”. He alterado el orden para secuenciar otra
narratividad. En estos enlaces la podéis encontrar: