domingo, 28 de junio de 2015

Haikus XXII


Mario Navarro, metido en la frontera ola en su vía muerta, nos regala su transparente fertilidad




Porto Noia sorprende a la ola metaforfoseda en mortaja viviente, en vivificador amanecer.

 
Todas las olas: la ola (cortazarianamente) Siempre distinta, siempre la misma: eterno vaivén. Fotografia de Porto Noia





En ausencia de mar, su fertilidad preña nuestro deseo anfibio, sus olas rizan nuestro pensamiento. La erosión por el placer del roce nos hace playa.



        
                     Escupe tierra    

la ménsula de espuma:

frontera esperma.



La fuerza, sutil o violenta, del abrazo de la ola, contumaz, puede ablandar las rocas y hacerlas playa. Amor y tiempo. Fotografía de Ramón Bodegón.


4 comentarios:

  1. És curioso como desde la mitología se relacionó la olas y su espuma con la esperma cuando la agua salada es la gran provocadora de esterilidad de los campos próximos...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay en la espuma del mar y en su género gramatical ambiguo toda una declaración de principios (de inicios, genésica). En el haiku es el mar el que da lugar a la tierra, es origen: se mensuliza para soportar el aire como elemento arquitectónico. Su semilla salobre fertiliza la tierra que pare en cada vaivén. Los saladares se mueren de envidia y abortan la vida. Pero más allá, el mar llovido, devuelve a la tierra la vida. Esa paradoja, querido Galderich, es la esencia misma de la existencia: el salario del ser.

      Eliminar
  2. Vas camino, Ábradas, de inventar un género lírico: la glosa del haiku. Las introducciones, capadoras de la libertad interpretativa (que el lector siempre se puede saltar) adquieren un valor que puede enriquecer el haiku mismo.
    Sobre la microdeclaración del haiku, un detalle: la doble frontera difusa del último verso. “Frontera esperma”, en la sinalefa, nos lleva al vaivén agua-arena y frontaliza su valor seminal. Como las imágenes de la tradición mitológica, en versión minimalista.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No pretendo inventar nada, querido don José María. Lo que pasa en que el haiku es una propuesta de fachada en ángulo: se ve muy poco y es muy profundo. Es aperitivo, es el número volado de una nota a pie de página… Por eso tiendo a glosarlo para mostrar algo de lo que atesora en su formulación.
      En este caso, el origen es la inversión de la tendencia terrocéntrica: la tierra es consecuencia del mar, es lo que le sobra. La vida fuera del mar es lo anormal.
      En lo demás, como siempre, me ha leído como me gusta ser leído.

      Eliminar