Paralelo al aburrimiento, ignorando su pegajosa tentación, su letanía de jeremiadas con sordina, la creación, el filtro poético de su mirada, nos derrama, pletóricos, hacia el mundo que sigue su curso. Estos destellos, como rémoras, escoltan, simbióticas, el fluir de la vida.
Resiliencia: refundación del yo gracias a la adversidad. Fotografía de Wojciech Grzanka |
Socavar para crecer: la fuerza del descenso, su ímpetu y su empuje, nos permite, resilientes, volar más alto.
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Verticalidad horizontal. Como levantar una frágil y extensa superficie de vidrio entre millones de personas: eso debe de ser el progreso.
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Hacer tiempo. Acumuladores de tiempo excedente para cuando haga falta, para cuando no lo tengamos. ¡Qué sería de la nostalgia si pudiésemos distribuir el tiempo a voluntad! Quizás el mejor substituto de la inmortalidad.
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Un ejército de unos, altivos, marciales, que engendran más unos en una “mise en abîme” sin punto de fuga, invade el imperio del cero, absorto en su nada concéntrica, ensartado eternamente en su eje en el que vivir (¡o morir!) infinito. Instalados en la nueva coyuntura, unos y cero intercambian horizontes, amplían perspectivas y vencen el desconcierto inicial. Fundan la sociedad del diez que les lleva, ya en la cresta de su propia inercia inversora, a prodigarse en decenas que procrean decenas de decenas; que se multiplican en decenas de centenas y millares que ya olvidan la invasión primigenia de los unos sodomizando al cero indefenso y mudo.
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Desnudo de todo tú, me presento ante ti todo yo.
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El sentimiento de pérdida se tiene cuando se ha tenido algo. Quien nada tiene, nada puede añorar y vive, autárquico, su presente. Solo dios es eternamente instantáneo, solo dios vive infinitamente en cada acto. Solo dios todo lo tiene y nada añora.
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Una silla al sol nos recuerda que estamos vivos, pero ausentes.
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Eclipse de mí, por persona interpuesta: vivo al otro lado de la sombra de tu indiferencia, en la que me crezco y me ilumino sin que me veas.
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Sinceramente Ábradas tienes un sensibilidad muy bien formada. Las imágenes están muy bien construidias. Además oscila todo bastante bien entre el pesimismo y la esperanza.
ResponderEliminarEn hora buena.
Ábradas, tu prosa poetica es emocionante, no sólo deconstruyes manejando a tu antojo el leguaje y someterlo al mensaje que profesa tu escritura sino que el misticismo que propugnas, ese que existe entre el ser y ser el mismo frente al otro es impresionante, con golpes de visión ascendentes y descendentes.
ResponderEliminarUn abrazo y mi admiración por esta literaruta tan inquietante y personalísima.
Gabriela Amorós - La emoción indomable
El lector, camina -voluntariamente- en un supuesto laberinto epistémico del que sale renovada su consciencia por los múltiples hallazgos en su camino. Enunciados, postulados, pre-teorías y un eco críptico sirven a la poética para armar un discurso que trepana las emociones.
ResponderEliminarBuen logro. Felicitaciones.
Que manera de describir los sentimientos,el todo y la nada.
ResponderEliminarparalelo, sordo,ensimismado, buceando en lo interno, en lo más denso y profundo, se llega a eso, a sentir lo que de otra forma no somos capaces de ver.Tus metáforas son exquisitas, alucino con cada una de ellas.
Felicidades por seguir marcando la diferencia