Agua somos y al
agua vamos aunque nos creamos tierra o polvo o fuego o aire. Agua enamorada,
tal vez. Bioluminiscencia incluso en la sombra que proyectamos.
Otro verano, en
ese vaivén del tiempo tan marino, se va. Su estela nos hará navegar otra vez,
ontológicamente, hasta esa orilla que queremos ser para volver siempre a
empezar sin dejar de ser.
A
penas, somos
una sombra mojada
que borra el agua.
Una imagen alegórica para condensar la esencia de la existencia humana.
ResponderEliminarUna alegoría sobre la realidad de una mañana de verano en la playa Amarilla de Águilas. Las sombras acompañadas finales certifican la felicidad.
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