viernes, 21 de junio de 2019

Glosa en redondillas a “Amar sin sentirse amado”


Paco Minuesa Valdés. "Te amo" (2019). Óleo sobre tela. 100 cm x 100 cm. Metáfora del milagro de lo cotidiano. "El amor es eterno mientras dura", que diría Vinicius de Moraes. (Por eso la prevención práctica de la cremallera)





         En el fragor del amor solísono, de voz y pies quebrados, no hay tacto que cubra la necesidad de caricias, con un yo y su peso frente a otro yo con el suyo, sin un nosotros deíctico preñado de anáforas que de a luz catáforas.

                                              


                  
Cuando se deja de amar
son bostezos los puntales
del silencio. Son puñales
que ponen plomo al hablar.

La pasión cuaja en un trombo
que enquista nudos de vida
que abre y cierra la herida
y extingue, frío, el asombro.

En el cisma del colchón
brazos de Venus de Milo
a Tántalo dan asilo
de Eco hecha canción.

La huella fósil de un beso
(fluir de darse un día:
ahora cuenca baldía)
fue carne ayer, hoy es yeso

Un bulto que sueña y siente,
dedos, piel y corazón,
la altruista posesión
de ser deseado y fuente.

Toma de tierra, el amor
busca enchufarse en tacto,
correspondencias de un pacto
muerto ya y sin temblor.

Porque, culo contra culo,
cesura es la indiferencia,
rima en silencio la ausencia
capicúa el disimulo.

Asertiva agonía,
densa nada compartida:
sangra desamor la herida
de una intersección vacía.








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