Infinito de dos, sobre cualquiera de la costillas móviles de la esfera armilar de nuestra libertad |
Segregar poesía con geometrías de tela de araña, aunque
sea en grosor de aforismo. La verdad del caminar hacia atrás del cangrejo y su
matiz: ¿alguien ha visto a un cangrejo desandar? Ese error de cálculo de la
dirección, en física, puede ser fatal. Pero es lugar común.
Uróboros e infinitos tatuados o hechos colgantes o
pulseras: ese circuito cerrado del flujo eterno (un nosotros de dos, en el
mejor de los casos) en tiempos del inmediaticidio. No son excluyentes: el
universo puede ser una infinitud de lazos paralelos autoalimentados en lo
efímero de su intrascendencia trascendentemente particular.
El mundo es una controversia. Un esperpento.
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Libre, dueño de mi destino. Pero
sobre la esfera armilar de las coyunturas.
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Necesitamos una mutación (o un implante): ver el mundo y
atender al móvil es, de momento, incompatible con el fluir pleno de la vida en
el filtro de nuestra mente.
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De
la controversia salta la chispa que ilumina el pensamiento. Lo absoluto busca
siempre la broza en el ojo
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Llegar a ser tú
fuera de ti, objetivado: poder ser tu reflejo para amarte. Esa mutación llegará
cuando puedas reírte con tus propias cosquillas.
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Barco varado:
pecio del aire.
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El anarquismo de derechas se está haciendo dueño del
mundo.
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El poeta puede crear circunángulos. También aristas que
corten hasta el aire.
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El presente es el nudo gordiano o lazo de regalo que ata
pasado y futuro.
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Letra muerta, ahogada en el papel mojado sin agua ni
papel de internet. Quizás sea solo el abono para el nuevo terreno de la palabra
fértil.
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Esfera armilar |
Poeta creativo, canalizador de ese flujo eterno con la palabra fértil, palabra social.
ResponderEliminarUn saludo Calado.
Calado hasta la médula de mis versos, palabras vertebrales, flotantes y locomotoras, os agradezco, Gemelas del Sur, vuestro paseo por esos Limbos. Creo en la lírica como la mejor fórmula para la épica: hacer de los sentimientos el revulsivo social para mejorarnos y sacudirnos el pragmatismo que nos enajena. La palabra siempre es fértil si se cultiva como se merece, lejos del whatsappeo, paladeándola, haciéndola nuestra al hacerla, juanramonianamente, “la cosa misma”. Crear no es más que compartir.
EliminarUn saludo abradeño.
Tu anarquista de derechas, querido Ábradas, me ha llevado inmediatamente al Banquero anarquista de Fernando Pessoa (publicado, si no recuerdo mal, hacia 1922 en la Revista Contemporánea) El llamó a su rama algo así como una demostración de sátira dialéctica, puesto que ponía en solfa las contradicciones del hombre moderno. Ese parece el eje transversal que ensarta estos Destellos, iluminados por la lucidez de Valle-Inclán. “Los enanos y patizambos que juegan una tragedia” no son menos grotescos que los hipsters o los tertulianos cavernícolas que consultan su iPad para rajar el mundo y mamar de su jugo vital. La controversia del mundo, en clave artística, podría salvarnos de la incongruencia real que nos lleva: falsamente libres, disfrutáis de lo que creéis elegir y que no son más que coyunturas armadas por anarquistas de derechas, políticos corruptos y egoístas primarios disfrazados de hermanitas de la caridad con máster en economía.
ResponderEliminarEsa contradicción, don José María, podría ser motor y en negocio. Y el negocio, si compra o vende algo, siempre mueve a la usura y a la corrupción. Pero así es el mundo que, entre todos, hemos construido. Si la poesía fuera las gafas con las que ver lo que queremos vivir (y no el dinero, metáfora pervertida del intercambio), otro sería el clima de convivencia. No recordaba la obra de Pessoa: en ella vuelve demostrarse que poco nuevo podemos decir. Pero eso no implica que nos tengamos que callar: siempre seremos lo suficientemente ignorantes o ingenuos como para creer que somos originales.
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