Manos, pies, costado y frente: heridas en que enhebrar la pasión de ser |
El Viernes de
Dolores abre el himen de la Semana Santa, útero de muerte que ensalza y
fertiliza la vida. En el rito repetido habita también la novedad: nacer en cada
muerte, almar la idea, sangrar el cuerpo.
Descender de la
cruz para ascender es caer hacia arriba. Querer vivir en vuelo sin cruz nos
lastra de felicidad.
Pasión por
simpatía asertiva, por empatía, por compasión. Amar la resiliencia que nutre el
amor.
Herida
abierta.
Hemofilia
amorosa.
Pasión
perpetua.
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