miércoles, 17 de agosto de 2016

Haikus XXIX



 
Como el viento da forma a la forma así el tiempo moldea la escultura de ser que somos.


Pasar por una calle de tu infancia que casi no reconoces y hacerla tuya otra vez en verso. Recorrer la memoria en un presente de agonía prematura. Afirmar los pasos hacia levante con el viento de cara. Dentro de ti hay un yo y sus ecos. Solo en el camino, entre cabezos y ruinas, eres más tú: el catalejo con que te ves inflama tu visión y te llena de plétora de ser; el faro que miras sigues siendo tú en su periferia.

Este haiku trenzado tiene en su melena la clave del fluir hacia el mar, que es el vivir.

        
                     Sueño despierto:
           La vida es un orgasmo
de agua y fango.


         Velo soñando:
Vivir es ir muriendo
carreteando.


         Duermo viviendo:
Del contrapelo nace
el entusiasmo.


El óxido que también somos precisa de cuidados: debajo late la tersura ingenua que hay que restaurar con baños de presente. La experiencia debe rejuvenecer para seguir siendo.


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