domingo, 30 de octubre de 2011

Haikus III

Naturaleza muerta en un jardín baldío para cultivar la paciencia


Instante por instante en el túnel del tiempo y el espacio: lo que fue y ya no es, es ahora esto, en este otro tiempo y este otro espacio. Un espacio continuo poco propiciador de la tregua lectora, de la pausa zen. El minimalismo de sus versos remite a una narración muda, como un tobogán a cámara lenta hacia una situación simpre presente en su descenso. La paciencia para degustar su connotación se siembra en otro jardín. Pero también podría ser raíz y fruto de este que entre todos hacemos fértil, si nos alejamos de vértigo de abarcar más de lo que podemos apretar.
Un puente de aquel entonces allí a este ahora aquí: vencer ese paso honroso es ya batalla del lector.

             
Vuelo marino.
Flotabilidad neutra:
aire de agua.
             

domingo, 23 de octubre de 2011

Haikus II


Fotografía de Marcos García

Lejos ya del espacio atrapado en ese instante, el haiku nos permite revivir el paisaje en otro tiempo. Las diecisiete sílabas encuadran una sensación: su marco nos permite volver a la quintaesencia de su naturaleza, viva entonces y rediviva ahora. La fotografía contextualizadora es ya anecdótica e irrelevante porque aquello que sugirió su encuadre es ya pervivencia y literatura, independiente de la realidad. Lejos de la evocación, es presente, materia transformada:fusión, solidificación, evaporación, condensación y sublimación para transportar en el pensamiento lo que fue y ya no es porque ha pasado a otro ser. De la realidad a su imagen poética, de la denotación estrecha e intransferible a la connotación de amplios vuelos y múltiples concreciones.

Las breves olas:
inasibles volutas,
los pies del aire.

           

Dentro del mar
sin consciencia de mí:
ya soy paisaje.

             

Mar estival:
en su líquido amniótico,
infantiliza.

            

Tras los dos párpados,
la roja luz del sol:
cruz sobre el agua.

            

Crepita el agua.
Balcón de posidonias.
Danzan las salpas.

             

sábado, 15 de octubre de 2011

Haikus I

Nadie lo ha dicho con más claridad que Matsuo Basho (1644-1694): “Haiku es, simplemente, lo que está ocurriendo en este lugar, en este momento”. Quintaesencia del instante, pues; fotografía lingüística impresionista de lo que se vive en cualquier aquí y ahora: salvavidas del presente. Minimalismo oriental para compensar el abigarramiento occidental (enfermo de pragmatismo y del nulo ritual de la impaciencia)
La serie de haikus           que se inicia aquí no pretende aprehender de sus mayores más que la esencia temporal y el condicionamiento de la forma. Son, en todo caso, haikus occidentales, abradeños: un objeto poético entre los Destellos y los Destellos domados, una miniatura lírica. Más que de los Sogi, Sokan, Moritake, Teitoku, Soin, Teishitsu, Saikaku, Sodo, Kiorai, Onitsura, Buson, Shiki, Kyooshi, Ozaki Hoosai o el propio Basho, hay ecos en ellos de Mario Benedetti, Antonio Machado, García Lorca, Juan Ramón Jiménez o Julio Cortázar. El budismo Zen, su espíritu transculturalizado, rapta imágenes para transformarlas en su traducción léxica y su monumento emotivo.
No puedo ser un haijin, pero sí disfrazarme para fingir serlo momentáneamente. La mayoría de estos haikus respetan la adaptación convencional occidental de la métrica japonesa; en algunos casos solo me acerco en ziamaris que frontalizan la imperfección. Para acercarmos a nuestra musicalidad, tiendo a buscar la rima de los pentasílabos. Tampoco hay referencias conscientes a estaciones del año determinadas (lo que los haijin denominan kigo), aunque los que hasta ahora he compuesto parten todos de un lazo con el paisaje y la naturaleza, como se verá. La búsqueda del ser en ella se reduce a su capacidad de activar mi consciencia de ser ante ella. La propia mirada inventa esa realidad que contempla y provoca comparaciones internas y levanta algunas palabras-clave (los llamados kireji) en su musealización literaria.
Veamos esta poesía entendida como participación en la realidad, como comunión en diferido. Hay algún guiño muy local que el lector implicado sabrá interpretar.


La isla del oso
vigila la bahía
como un coloso.
        
          ₪



Calle del aire,
entre el mar y la vía:
el viento sabe.

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Puente de hierro,
horizonte metálico
que briza el sueño.

              ₪

Cercan el mar
paréntesis de espuma,
raya falaz.

           ₪   

Geometría de acera:
chía el vencejo.
Anarquía de vuelo.

             ₪

Inexistentes,
las sombras de los árboles
siembran su luz.

             ₪



Vello en la orilla.
Transformación del verde:
las algas muertas

              ₪

miércoles, 12 de octubre de 2011

Destellos XXIV




Eyaculaciones precoces y sin cauce, orgasmos mentales incompletos. Conatos de vida literaria. Muestrario de abortos en tarros de formol: exhibición de lo que es sin llegar a ser. Novelas, poemas, cuentos o escenas asfixiadas en su semilla: ficciones incompletas que demandan el hilo de Ariadna de la creatividad lectora. Islas sumergidas, arrecifes, lenguas de lava submarina que piden equipo de buceo y preparación para pode ser contemplados.
Humildad arrogante. Arrogancia humilde: ojos de pez frente a ojos de submarinista en el desierto subacuático de la creación. Destellos en el limbo linfático del cerebro.

Aprovecha mi sombra para hacer más lúcida tu luz.
Grillo: destello sonoro de la noche. Cigarra: roedora del silencio espeso y metálico.
La ilusión es un fuego que hay que mantener siempre bien cebado.
Detrás del beso vive la fuerza que lo hace posible y que no vemos. Un beso: dos bocas que, sin anverso ni reverso, son moneda que paga lo que no tiene precio.
Aburrirse es no saber estar. Y como vicio, no saber ser.
En el tiempo vive todo el olvido y toda la memoria. Cada uno cultiva su parcela como quien manuscribe y borra en palimsestos.
La luna proyecta mi sombra. Eclipse de mí.
Te lo diré en el ayer para que siembres de presentes tus futuros y tus pasados.
Belleza ideal: por construir, perfecta en su posibilidad infinita. Cirugía estética: ideal perpetrado, concretado en su imperfecta perfección. Clon de belleza.
Hombre: tajamar tancrediano en la torrentera o la rambla del tiempo.
Perogrullada: la verdad en la ficción es siempre mentira.
En su alfar, hace crecer su faro hasta coronarlo de luz. Es el trabajo de una vida del alfarero farero.

domingo, 9 de octubre de 2011

Pedagogía de la pedagogía

                                                                    A Galderich, por su culto laico a los libros.



¿Qué estaremos haciendo mal hoy?

Si, como dijo Einstein, aprendemos de la experiencia en un océano de información, ahora, más que nunca, los procesos deben ser la médula del crecimiento intelectual: acompañar, con intención catalizadora, debe ser el axioma de los educadores. Pero ¿cómo dejar de ser quiénes somos y pensamos para enseñar a ser y pensar? ¿Dónde quedan los modelos (y sus riesgos inherentes a la influencia también negativa)? ¿Cuál es el canon desde el que enseñar? ¿Cuáles las normas universales?... Abolido el dogmatismo, podemos ser víctimas de la flexibilidad amorfa. Quizás aprender es hacer personal aquello que queda cuando uno ha olvidado todo lo que le enseñaron: es muy poético, pero en algún momento hay que enseñar algo sobre lo que poder olvidar para ser. Entre la enseñanza magistral, dictatorial y jerárquica (que da lugar a diferentes modelos según su porcentaje de combinación) y la socrática incentivadora de capacidades personales, debe de haber unos cuantos sistemas que poder adaptar a otras tantas realidades.

Por ahora, mientras definimos nuestro presente pedagógico, podemos seguir viajando mirando el retrovisor, que nos enseña errores en los que no deberíamos caer. Aunque parezcan grotescos, ni están muy lejos en el tiempo, ni nuestra realidad, mirada desde el retrovisor del futuro, será radicalmente diferente a esa que hoy rechazamos sin paliativos.






DALMÁU CARLES, PLA CARGOL, PLA. Enciclopedia cíclico-pedagógica, ciclo superior. Dalmáu Carles, Pla. S.A editores: Gerona-Madrid, 1943. Páginas 518 y 519 del apartado "Historia de España". "Nueva edición, corregida y aumentada. Aprobada por la Autoridad"



Todas las imágenes reproducen páginas de la edición de 1945 de la Enciclopedia cíclico-pedagógica, cuya autoría, ahora en solitario, es de "D. José Dalmáu Carles, Profesor Normal, Ex-Director del Grupo Escolar de Gerona".


Gramática Española. Primer grado. (Edelvives) Editorial Luis Vives: Zaragoza, 1968. "Nihil Obstat" del Dr Vicente Tena, Censor Eclesiástico. Aprobado por O.M. del 21-VI-1960, "B.O.M. de E.N." núm. 60, del 28-VII-1960. Páginas 50-53.


MANUEL ANTONIO ARIAS GARCÍA  (Maestro Nacional) . Amiguitos. Cartilla tercera. Método de lectura, escritura y dibujo simultáneo. Santiago Rodríguez S.A: Burgos, 1974, decimotercera edición. Aprobado por el Ministerio de Educación y Ciencia (O.M., 15-1-63) con las licencias necesarias.La primera ilustración (páginas 48 y 49) aparece rectificada por la segunda, que repreduce las páginas 46 y 47 de la decimocuarta edición de 1975.


domingo, 2 de octubre de 2011

Destellos XXIII


Muerte de las ideas, antes de su entierro



En la extrema caducidad del tiempo, los “Destellos” abortan el poiesicidio: como pavesas lanzadas al aire sin voluntad arquitectónica, voladoras anárquicas, estos fragmentos deslavazados de pensamiento motean el universo de las ideas. La inercia centrípeta abre vías de escape y se transforma, puntualmente, en centrifuguismo fertilizador del nosotros.
Es la evanescencia de lo denso. Iba a ser nada y ahora es esto.

Puedes esconderte detrás de ti: seguirás siendo tú.
Tumba: cuna de silencio y luz negra.
Morgue: prólogo del nicho, que es siempre epílogo para siempre (que es un nunca a la vida tal como la conocemos)
Poesía: extraversión de la introversión.
Sin consciencia de hacerlo así, hay quien habla por el culo y caga por la boca.
Vivir es un recorrido desde tiempo sin tiempo de la niñez a los tiempos del tiempo de la madurez. Los segundos se alimentan, para no perderse en su vórtice, del primero, ancla del yo que tiende al naufragio sin costas. La paradoja está servida: el adulto puede vivir media hora larga de un tiempo muy corto.
Pulpo: rana marina.
Todo objeto es único: lo infinito son sus perspectivas.
La muerte anula la muerte, que solo existe desde la vida.
El tobogán de las olas trenza horizontes discontinuos.
Arfar como un mascarón de proa sin barco, todo proa y popa, todo babor y estribor, todo centro y quilla.