domingo, 29 de mayo de 2016

Destellos LXXII



 
El Turner contemporáneo: Hiroyuki Masuyama. En la impresión imprecisa de la duración hay una certeza.
                                     

                                y todos más me llagan,
                                y déjanme muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo

Juan de Yepes y Álvarez, Cántico espiritual (1584)



Di tu palabra y rómpete

Friedrich Nietzsche, “La hora más silenciosa de todas” en Así habló Zaratustra (1883-1885)


                                      De lo que no se puede hablar hay que callar

Ludwig Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus (1914-1916, 1921)

        
Hay en la palabra una rebeldía que nos hace. Por dentro, sin necesidad  de decir. Aunque liberarla la hace más fértil. Entrojada cuando ha sido ajena también es abono del pensar.

¡Cuánto parece que haces y qué poco es! Memento mori: todo lo diluye el tiempo y lo eclipsan otras importancias. Ser verso vacío, como este octosílabo:

“El tatuaje de tu aroma”

O este otro:

                                      “Tu saliva me alivia”

O imagen sin cuerpo que la sustente: El sol a tus espaldas aureola tu aura y te nimbas de luz.

         Entre el paso del mito al logos y su disolución racional de bits y cortocircuitos debe estar la poiesis lírica. Ella encarna la potencia humana que ha de salvar al hombre de su fagocitosis de futuro. El ritual de pensar en el decir frente el actuar para construir una eficiencia ajena.




El ojo es la vagina que encarna la mirada convexa.




Prisioneros de la insatisfacción obsolescente, hemos perdido de vista, buscando la rentabilidad, acelerados, la calma satisfactoria del sabernos esencialmente insatisfechos. Perversión del motor del progreso.




El mundo nos escupe, nos centrifuga: alienados, nos vende un sentimiento de pertenencia que sabemos que no es nuestro. Identificarse fuera del yo cada vez está más caro. El “selfie” es la punta del iceberg de nuestro naufragio.




El tiempo de dios es el tiempo de la espera. La impaciencia la dictan los mercados. El aburrimiento de la espera es un invento de El Corte Inglés que es ya el universo conocido.




La poesía es la piel del sentimiento. Otras veces es un destello que eclipsa el vacío de la sombra que proyectamos.




Deudores del pasado, esclavos del futuro: encadenados a la argolla en la efímera placa tectónica de este presenta náufrago, al pairo del estar en el ser.




Invertir, ciegos, en el bienestar hipotecando en bienser.





Amar es querer ser fuera de ti contigo: yo soy tú en un nosotros que me hace tuyo sin dejar de ser yo.




Dependencia de la libertad.



miércoles, 11 de mayo de 2016

Destellos LXXI



 
"Infinitus". Donna Raymond, 2010. Acrílico (30x30). Sinestesia de centros y sentires, de fuegos y aguas.


         Ser sentido como un verso. Ser leído como un beso. En ese cruce habita el destello. La palabra que calma la ansiedad, la palabra que funda conciencia. Periferias que   quieren ser centros. En la diáspora entrópica de la expansión,  el contrapelo de la comprensión: la lucha por saber en tanto infinito por conquistar.

         La aceleración del pensamiento aborta orgasmos: he aquí la escombrera de ideas del futuro.




Vivir hacia afuera
Deshabitar el yo
Hacerlo espejo



Acomodaticidio. Fuera de la zona de confort, por supuesto.




Si la felicidad existe, solo puede estar en la mística de lo cotidiano.



Dejó de ver por desprendimiento de rutina. Ahora solo siente al pairo etéreo de la poesía que siempre quiere ser corazón de la prosa.



Amor omnia vicit
                            vincit
                                      vincet omnia amoR




Actualización del “carpe diem” con coartada budista, con mística de la conciencia plena para hacer aséptico su precio: Mindfulness holístico (fuera de la zona de confort, por supuesto)




Casualidad: causalidad  azarosa.




Lo que queda del día es toda la noche.




Cognición corpórea: la inteligencia múltiple del pensar desde los seis sentidos.