sábado, 24 de marzo de 2012

Muerte vivificada

A Sara Milian y Montse Figuera, frutos de la rama del árbol de la ciencia, germinado desde los frutos del árbol de la vida.
Microinstalación de Sara Milian



Naturaleza muerta, no. Muerte vivificada: recolección de pecios para conjurar su transición hacia la nada. Momificación de la vida, no. Ni vivisección del pálpito. Homenaje a la vida desde su muerte.
Pequeño abismo sobre el que germina la madera en un nido de cápsula de castaña, erizada y bivalva, abierta a lo enhiesto como un clamor de lengua de rama sin fruto. La piedra laminada y oxidada horizontaliza la secuencia volátil de lo grávido y pétreo en su metamorfosis de humo lígneo en que se encarna hasta adelgazarse y ramificarse buscándose en lo alto.
Aspiración a escala de lo más humano. Piedra, fruto y rama: rama, fruto y piedra. Ascender para poder ser tierra y poder, desde su base, ser el aire que la fecunda. Madera materia que sueña con la fruta que le nace y que justifica su raíz desde su misma putrefacción. Taxidermia biomorfa, faro para caminantes. Ciclo liofilizado en esta escultura viva de muerte.