sábado, 4 de octubre de 2014

Destellos LXII





Los objetos contienen la vida que absorbieron, son puente entre lo que somos y lo que fuimos.


  


“¿Qué es lo más difícil? Lo que parece más fácil. Ver con tus ojos lo que se encuentra ya ante tus ojos.”
Johann Wolfgang von Goethe.


        “Y te enviaré mi canción:
“Se canta lo que se pierde”,
con un papagayo verde
que lo diga en tu balcón”

Antonio Machado. “Otras canciones a Guiomar a la manera de Abel Martín y de Juan de Mairena”, VI.


“Las cosas con capacidad de convertirse en un recuerdo suponen el deseo personal de atender a la vida, de vivir con atención, con amor

Luis García Montero. Una forma de resistencia. (Razones para no tirar las cosas). Madrid: Alfaguara, 2012.



Ese “oficio de la mirada” que nos revelaba Jacinto Luis Guereña en su poesía se aprende en el teñir la realidad de mirada con cada ver consciente. Volver sobre las cosas responde a los lazos del amor a la vida, es lealtad a lo que se ha mirado sin el desprecio usurero del buscar lo siguiente. Usura de un falso “carpe diem”: ha mutado en goza lo por venir (sin saber que siempre es un gozar del no gozar, un disfrutar de la insatisfacción). ¿No estamos vivos, acaso, porque la sangre siempre vuelve al corazón y la realidad a nuestro cerebro? ¿No es ese volver la llave del seguir siendo?

No ver lo que se tiene delante, si se ha cultivado la nostalgia, no nos desahucia de la vida, pero la hace gozar en diferido. Siempre es mejor que vivirla en virtual. Cuando se añora lo que ya no es estamos gozando de la duración. Y la duración es la vida, es el volver, es revisar (remirar y volver a ver).

Quien fotografía su intranscendencia cotidiana está cultivando recuerdos en el tiempo, está enraizándose en el río heraclitiano que nos lleva. Su huerto es el de la duración.






Todo hombre es inmortal porque no puede vivir su muerte.



La nostalgia es el espejo desazogado y enaltecedor de lo perdido.



Pie: pez abisal de la cama.




Realidad aumentada: nota a pie de página de quien no ve lo que tiene delante. Memoria (o inteligencia) exógena.




La virtualidad es la agonía alegre de una perenne actualización, una procesión silenciosa hacia la penitencia de la supervivencia inducida.




Falsa democracia aquella que piensa y hace la trampa antes que la ley.




Un futbolista es un esclavo de lujo.




Educar es ir contra el instinto para crear la intuición cultural que nos libera del “homo” (animal), potencia el “sapiens” (racional) y equilibra sus extremos. Educar es buscar la intersección de intereses divergentes.




Aprender a naufragar: asignatura que siempre queda para septiembre.









La identidad habita en el reconocernos en los objetos que también fuimos