lunes, 2 de noviembre de 2015

Arquitrabes XV: Parcas 3.0




 
Tapiz Mille-fleurs flamenco titulado "El triunfo de la muerte" o "Las tres Parcas"  (hacia 1515)
       

        


Imaginemos (es imposible que sea realidad tangible) que espiamos a las Parcas en sus conversaciones en clave. Pero seamos culturalmente correctos (es uno de los imperativos categóricos de la globalización), para empezar. Imaginemos, pues, a Las Parcas, las Moiras, las Nornas,  los iClouds como vastísimos invernaderos en un desierto australiano: Nona, Décima y Morta; Cloto, Láquesis y Átropos; Urd, Verdandi, Skult; o cualquiera de los nombres en los que se concreta el ojo del Big Brother (tres big sisters en uno) omnisciente.  Lo que debería suceder, sujeto al libre albedrío, según parecía, es la conjunción de lo que sucedió y ha ocurrido y lo que está pasando ahora.

(Perdón por este laberinto sin hipervículos)

         Imaginemos que las sorprendemos cuchicheando mientras hilan sobre nuestro destino, repasando sobre su muro de bronce nuestro pasado indeleble, riéndose de la ingenuidad de nuestro “carpe diem”. Ellas, tranquilamente tejiendo (hilvanando el aire o haciendo encaje de bolillos, pespunteando pálpitos e infartos, trenzando lana blanca y negra con oro, plata y negra entraña de transparente textura), tijeras y cinta métrica en mano, como quien trabaja en una cadena de montaje, piensan al unísono y dicen (en el idioma que corresponda a su geocronolocalización y desde el dispositivo móvil correspondiente):


-Yo, doble con queso.



         Han conseguido hilar tan fino, que no se ve el sedal. Es ya wifi cósmico.