![]() |
El ajolote, ese extraño y cortazariano anfibio, expande sus branquias como alas para volar en el agua. |
Ser farero, no. Ser eremita o humilde luz de posición de
pesquero en la mar de invierno. Sabio porque sé que siempre se vive entre el
antes y el después y que en la duración de ese momento, sin la usura de la impaciencia,
hay un mundo: lo que he sido y lo que quiero ser, concentrado en lo que soy.
Intramuros del yo habita un tú (ese yo del porvenir): el que soy el instante
que media entre el agua y el aire.
Anfibio volador: eso es el poeta.
₪
Nada dura más que lo efímero bien
vivido.
₪
El dolor no tiene nombre, aunque se puede compartir. La
tristeza sí admite los disfraces léxicos para entretener los puentes tendidos
hacia la muerte.
₪
Ya no vamos hacia nosotros: hemos quedado fuera. Ajena a
mí; ajeno a ti: sonámbulos náufragos de un sueño, derrotados por la necesidades
asimétricas del amor.
₪
En mis ojos, la
noche. La mañana en los tuyos. En los crepúsculos nuestro amor.
₪
Pletórico de
transparencia, me revelo en la cámara oscura de mi intimidad.
₪
Un reloj dentro de un cajón es como un corazón.
₪
El relámpago reivindica la oscuridad. El trueno, el
silencio.
₪
Murió ahogado para borrar la frontera entre el agua y él.
₪
Un hoy tan lleno de actualidad que sobresatura su
densidad: esos son los días en los que nos buscamos sin encontrarnos.
₪
![]() | |||
Quizás llamarlo axolotl lo haga más sugerente. Si te atrae y te apetece conocerlo mejor, capúzate en esta poza. Respirar por las plumas, bajo el agua, no está al alcance de todos. |