Sonetillos navideños complementarios
Una navidad más que es una navidad menos. En todo caso, otra navidad: con su lastre fértil de navidades vividas que dirige todas las que quedan por vivir. Tiempo de celebración siempre. ¿Qué celebramos? Estar vivos sintiéndonos y pensándonos vivos, fluyendo pero con criterio de remanso cuando conviene para poder vivir plenamente.
La alegría del regalo tiene su cara B, como la luna. Haz y envés son necesarios pero más preciso es saber cómo hacer buena una aleación de difícil fusión porque o tiende a la luz o tiende a la sombra. Por eso dos poemas: la misma ilusión de la fiesta desde dos formas de celebrarla, que pueden ser la misma, con su nostalgia, su ilusión y su plétora presente, adornados los celebrantes con los píxeles y el espumillón que pueden dar luz (o no) a la piel desnuda de ser y desear.
I
No hay magia sin ignorancia
ni mito sin mediar fe.
Ingenuos, en la niñez
perseguimos nuestras alas.
El disfraz de reyes magos
celebra una ceremonia
de luces con muchas sombras
de un mundo algoritmizado.
Natividad de la nada
en un todo tuneado
lleno de humo de pajas
de un pesebre simulado.
Vivimos en la gran caja,
Amazonnoeleados.
II
Todos somos el regalo
si nos damos regalados
a cambio de ser besados
con un abrazo de labios.
No hay usura en el presente
si se usa el cuerpo del alma
como papel que la abraza
con amor incontinente.
Con el lazo de los brazos
envolvemos lo inefable
de una frontera de carne.
Abolida la distancia,
siendo regalo su centro,
nos acurrucamos dentro.
Pascual Gálvez Ramírez,
13 de diciembre de 2024