A Galderich, por su culto laico a los libros.
¿Qué estaremos haciendo mal hoy?
Si, como dijo Einstein, aprendemos de la experiencia en un océano de información, ahora, más que nunca, los procesos deben ser la médula del crecimiento intelectual: acompañar, con intención catalizadora, debe ser el axioma de los educadores. Pero ¿cómo dejar de ser quiénes somos y pensamos para enseñar a ser y pensar? ¿Dónde quedan los modelos (y sus riesgos inherentes a la influencia también negativa)? ¿Cuál es el canon desde el que enseñar? ¿Cuáles las normas universales?... Abolido el dogmatismo, podemos ser víctimas de la flexibilidad amorfa. Quizás aprender es hacer personal aquello que queda cuando uno ha olvidado todo lo que le enseñaron: es muy poético, pero en algún momento hay que enseñar algo sobre lo que poder olvidar para ser. Entre la enseñanza magistral, dictatorial y jerárquica (que da lugar a diferentes modelos según su porcentaje de combinación) y la socrática incentivadora de capacidades personales, debe de haber unos cuantos sistemas que poder adaptar a otras tantas realidades.
¿Qué estaremos haciendo mal hoy?
Si, como dijo Einstein, aprendemos de la experiencia en un océano de información, ahora, más que nunca, los procesos deben ser la médula del crecimiento intelectual: acompañar, con intención catalizadora, debe ser el axioma de los educadores. Pero ¿cómo dejar de ser quiénes somos y pensamos para enseñar a ser y pensar? ¿Dónde quedan los modelos (y sus riesgos inherentes a la influencia también negativa)? ¿Cuál es el canon desde el que enseñar? ¿Cuáles las normas universales?... Abolido el dogmatismo, podemos ser víctimas de la flexibilidad amorfa. Quizás aprender es hacer personal aquello que queda cuando uno ha olvidado todo lo que le enseñaron: es muy poético, pero en algún momento hay que enseñar algo sobre lo que poder olvidar para ser. Entre la enseñanza magistral, dictatorial y jerárquica (que da lugar a diferentes modelos según su porcentaje de combinación) y la socrática incentivadora de capacidades personales, debe de haber unos cuantos sistemas que poder adaptar a otras tantas realidades.
Por ahora, mientras definimos nuestro presente pedagógico, podemos seguir viajando mirando el retrovisor, que nos enseña errores en los que no deberíamos caer. Aunque parezcan grotescos, ni están muy lejos en el tiempo, ni nuestra realidad, mirada desde el retrovisor del futuro, será radicalmente diferente a esa que hoy rechazamos sin paliativos.
Voy a lanzar algunas piedras sobre mi pròpio tejado. Yo no creo que se pueda razonar argumetnalmente con toda la humniadad. Ya no por el número sino, por la capacidad de muchos de sus compomentes, la tarea no es viable.
ResponderEliminarCuriosamente los adelantos tecnològicos sólo nos han conducido al cinismo y a la decandencia. Respecto a la cuestión educacativa, como en la social, fuera bueno mantener unas ciertas jerarquías y normas, aunque seda de forma dogmática, a fin de preservar la armonía social.
Pues mi opinión es que deberíamos "deseducarnos"para poder avanzar hacia algo mejor.
ResponderEliminarUn escrito que da que pensar..
Un abrazo grande y muy educado.
Pury