Ausencia de mar.
Mar sin mar, pero vivo en dinamismo futurista. Olas geométricas y verdes ondean su estático vaivén en mares planos de vainilla, entre rumores de voces y ecos acompasados, entrecruzados de bisbiseo enhebrador de la anarquía inencauzable.
El mar también llega hasta aquí, aunque no sepa mojarnos más que el pensamiento tras los ojos cerrados.
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Sol en fragmentos.
Gaudiniza el mar:
Luz de cristal.
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Frontera ambigua:
Agua, sol, sal y arena.
Exilio apenas.
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El mar nos canta,
pentagrama de olas,
su barcarola.
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Devuelve a sombra,
bajo su piel azul,
gajos de luz.
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Tres ideas de Ábradas desde una visión de altura arrobante. |
buenos haikús
ResponderEliminarsaludos
Su "bondad", en todo caso, depende de la paciencia de la mirada. Y esa la podemos tener todos... Gracias por entretenerte en ellos y a través de ellos.
EliminarLos disfruto uno a uno, Ábradas, como pétalos que no terminan de caer. En ellos hay como un pacto con lo innombrable, "insinuémoslo pues" parecen decir, hablemos del idilio sin rozar su sexo o su percance. Impagable, siempre me alimento con palabras en desuso que tu recuperas (te lo quería decir hace tiempo, enamorada de la lengua que nos ha tocado balbucear a penas) Gracias por todo lo que me aportas, una gran emoción contemplar a tu trance, de verdad.
ResponderEliminarBesos
Siempre es un placer motivar el placer de la lectura. Y sí, la sugerencia, esa superficie de la profundidad, es siempre el reto desde el que quiero poder decir algo. Insinuaciones que son narraciones no explicadas y que tú sabes modelar desde la emoción (ese sentimiento madre de las sensaciones con las que,con excesiva frecuencia, nos consolamos por falta de dedicación sensual y mental). Gracias a ti, siempre, por leerme.
EliminarUn beso
Precioso. Tiene algo de Rafael Alberti, esta pasión tuya por el mar.Disfruta mucho del verano, Ábradas.
ResponderEliminarRafael Alberti, supongo, debe estar, de alguna manera (lo he leído mucho) en la base que forja la herramienta des de la que hablo. Pero es el mar mismo, querido Eduard, el que me da la raíz desde la que siento. El verano, con su mar, me espera.
EliminarUn abrazo.
A mi las olas geometricas me han llevado a mi mar de infancia que era un pequeño pantano, verde como los azulejos y profundo hasta la imaginación porque nunca le vimos la profundidad.
ResponderEliminarCom la "Fontona" de Soria que va inspirar la llegenda Ojos verdes a Bécquer: un forat d'aigua verda insondable. M'agrada la tensió cromática d'aquest "azulejos" "verdes" evocats per la teva infantesa adulta: a ells has arribar pels que decoren el menjador pel que passes un munt de vegades cada dia, d'esma.
EliminarGracies per llegir-me.