La playa de la torre de Cope en barbecho. |
La posidonia
oceánica es al mar lo que la cultura al hombre.
Esta planta
marina da el mejor de los frutos: la salud de las playas. Hojas, raíces
(gallos) y su reconversión en bolas de virutas (rodamientos de fertilidad
geométrica) embellecen en arribazones la costa.
Así la cultura:
parece un naufragio y nos puebla de la humanidad que nos hace personas.
Ni sobran las fértiles
“algas”, aunque molesten a los turistas, ni la cultura es un apéndice molesto
del ser. A no ser que el abono del pensamiento y de las playas estorbe a los
que no pueden lucrarse con ellos. Su
densidad da claridad a las aguas y al pensamiento.
Este haiku, fértil en su estrambote, ha mutado
en tanka. Es un mensaje secreto entre
amantes: la mar y yo.
Raíz
del agua,
semilla y flor
del cielo,
hacen la playa.
Vomita su pulmón,
en olas lo
respira.
Respirar denso para sanar. |
Cuidarse para cuidarnos. |
Esta playa, porque puede ser para ella, volverá a ser para nosotros. |
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