domingo, 4 de febrero de 2018

Haikus XLV









A Gabriel Muñiz, en espera de lo que haya de ser.



En un mediodía gris, desapacible y frío, el calor del hogar de la poesía saca de su horno dos haikus recién hechos. El arte se concreta en la tonsurada claraboya cuadrada que, desde la verticalidad, ilumina y eclipsa con su símbolo el utilitarismo que nos ciega.



       Llueve en el claustro.
Cisterna de la calma.
Todo es ya fuente.


         El gran cordero
hace tañer su esquila.
Asperja cielo.












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