-¡Árbitro, hijo de la gran puta!
-¡Mariconazo de mierda!: ¿es que
estás ciego?
-¡Me cago en todos tus muertos,
cabrón!
-¿Qué pitas ahora? ¡Ojalá te ahogues
con el pito, hijo de puta!
-¡Revienta, maricón: mal dolor te dé
que te pudras!
En el
fragor dialéctico de la supuesta injusticia en los lances del juego, una voz “chill out” susurra por megafonía:
-Estimados hinchas, recuerden que
por cada tres insultos al árbitro nuestro poeta creará un haiku sobre la
belleza y la armonía del universo. Pasen por su despacho para hacer efectivo el
canje. Muchas gracias.
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