sábado, 9 de noviembre de 2013

Destellos LVI



                              
 
El hombre siempre ha sido binario y corpóreo, buceador de su alma: ahora se busca en el no verse, materialmente. La luz de la sombra da miedo.


                                 “Escrituras de luz embisten la sombra, más prodigiosas que
meteoros.

[…]

Paso con lentitud, como quien viene de tan lejos que no
espera llegar.”


Borges, Jorge Luis. “Jactancia de quietud” en Obra poética, 1 (1923-1929). Madrid: Alianza, Biblioteca Borges, 0016, 1999, pág. 76-77.


[…] El fred del seu demà és una instància.
Els orfenats i hospicis eren durs,
però més dura era la intempèrie.
La vertadera caritat fa por.
És com la poesía: un bon poema,
Per bell que sigui, ha de ser cruel.
No hi ha res més. La poesía és ara
l’última casa de misericordia.

Margarit, Joan. “Casa de misericòrdia” en Casa de Misericòrdia. Barcelona: Edicions Proa, Els llibres de l’Óssa menor, 288,2007, pág. 23.

Joan Margarit lo explica con una simplicidad que aturde, como una epifanía de lo obvio que no hemos visto. El hombre vive en la intemperie y ha ideado dos formas de combatirla: la técnica y la poesía. La ciencia para hacer habitable el mundo, materialmente. La palabra lírica para conseguir asumir nuestro lugar en el mundo, una vez que el dolor (esa bestia mutante sin antídoto inmediato posible) ha destilado la tristeza que sí se deja conducir. Quizás para llegar a esta certeza, meridiana y luminosa, sea necesario ser catedrático de cálculo de estructuras: cubrir la cabeza y vestir la emoción desde el interior del yo, haz y envés de la habitabilidad del universo: dualidad tan vieja como la humanidad, cuerpo y espíritu que este poeta arquitecto revela, vitalmente.
Dice, también, que “la llibertat és una llibreria”: metáfora perfecta para acotar cabalmente esa cabra loca que es, a veces la libertad. Infinita posibilidad en el cauce del orden, premeditado o aleatorio, de una estantería. No hay libertad sin la cuadratura de la posibilidad: sin orden, la libertad tiende a ser naufragio.
Así estos Destellos: ráfagas erráticas de luz dictadas por la voz de la vida y su pauta.



Para que todo fluya, primero hay que construir su cauce.

                                                                  (Proverbio abradeño)


La novedad mata la curiosidad: el interés se suicida por la necesidad fractal de la actualización compulsiva.


Mar: vacío lleno de agua.

                   Cielo: vacío lleno de aire.

                            Hombre: vacío lleno de yo.


La pobreza extravagante de un corazón eviscerado, fuera de contexto. Un corazón que da la muerte.


Clicar para actualizar, como una condena a lo Sísifo, sin aparente trauma ni esfuerzo. ¡Qué lejos del mecánico y rutinario dar cuerda al reloj!


Información: excipiente de la cultura. No tiene principio activo: puede ser el contexto de un naufragio.


Teocentrismo: antropocentrismo: internetcentrismo.


La información desborda el cauce de la cultura; la técnica el de las necesidades.


Envasar vacío al vacío; perimetrar la ausencia; dar volumen al hueco: esas pueden ser las misiones posibles del poeta.


Somos ovíparos sin paciencia ni tiempo, sin voluntad para empollar. Somos abortos de la prisa, aunque mamíferos.



Por el ojo entra la luz: el pensamiento lírico la tiñe y la expande.

 

9 comentarios:

  1. Ábradas, avui has estat lúcid des de les primeres cites borgianes i margariteses fins al final. Això em fa por...

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    1. No t'agraden Borges i Margarit? A mi personalment el primer m'encanta. Del segon no en sé prou per formar-me una opinió. En qualsevol cas trobo les cites molt ben triades.

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    2. No t’ha de fer por, estimat Galderich: mai no passarà, en tot cas, de lucidesa lírica: i aquesta no cotitza en borsa. Quedat tot, doncs, el palla mental cuinada amb els ingredients de les sensacions i els pensaments que no es poden comprar i condimentada amb la retòrica que sobra de la publicitat. Per això m’agafo a Borges o Margarit: per no sentir-me tan sol i sense raó. Per això em fa tant bé saber que hi ets per llegir-lo.

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  2. Mis favoritos son el último clarísimamente, el tercero y el penúltimo. Me hace mucha gracia también el de internetcentrimos.
    ;)

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    1. M’agrada això que fas, estimat Eduard, de triar sense trair entre aquest saldo de “Destellos”. Como “ocurrencias” que son, como aparentes impulsos improvisados, tienen una historia, presente o muy lejana en el tiempo, que se activa con la actualización de tu lectura, que los posiciona en el escaparate o puesto de mercadillo de las ofertas. Eso les da la segunda vida.
      Si puedes, acércate a Joan Margarit: leer a alguien a quien puedes admirar sabiendo que puedes hablar con él le da un valor que, habitualmente, no tienen los autores a los que admiramos. Machadiano y padre de un pesimismo lúcido y optimizante, Margarit nos invita a apurar hasta las heces la vida. Como los Destellos pretenden iluminar desde dentro a lectores como tú, Eduard.

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  3. És un luxe poder llegir, - més aviat rellegir, per poder-ho copsar tot, en el seu sadollament-, sobre la llibertat, la poesia i la nostra condició. M'agradaria quedar-me amb la idea "la veritat és quelcom preciós i terrible, i en conseqüència, l'hem de tractar amb prudència". Felicitats!

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    1. La veritat, estimat Manel, és, en realitat, només una paraula més. Cal apropar-se a ella des de la prevenció de que pronunciem un consens, una aparença sobre la que sembla que estem d’acord. Com a la caverna de Plató, però amb vint-i-cinc segles d’experiència a la frustració. La veritat és inaccesible i viu afora. Sobre el que creiem que ho és superposem els parámeres de la ciencia o de la poesia per fer-la nostra i invetar certeses.
      Saber-se llegir sí que és un luxe: sobretot si es fa des de la mateixa poética des de la que escric. Ho faig amb la vocació de ser rellegit: per passar els ulls per sobre de les pantalles o els papers, distrets i amb el pensament sempre en el que encara no ha aribat, hi ha d’altres espais i propostes. No és voler ser trascendent: simplement és voler ser llegit. I tan actual són els darrers “Destellos” com els primers. O neixen caducats o no caduquen.
      Pensa, estimat i enyorat Manel, que com la llambregada d’un llampec, aquests “Destellos” són instantanis però necessiten la maduració lenta d’un context que els facii il.luminar la foscor dels excessos i les compulsions d’aquest estar sense poder (o voler) arribar a ser.
      Gràcies per aturar-te en aquests Limbos: habitualment són una estació on no paren els trens.

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  4. Querido y cascarrabias Ábradas:
    No puedes seguir tan a contrapelo del río que te lleva… No debes poner palos a la ruedas del carro que te conduce hacia el tú que serás. El pulso del instante no debe ser un pulso contra cada instante: te vas a cansar y vas a perder. ¿Que debes adaptarte y pensar desde la inmediatez de un iPad?: pues lo haces. ¿Que empezar por la madurez del fondo para presentar la forma ya no es moneda de curos legal?: pues piensas desde la forma y dejas que el fondo no lo ponga nadie porque es muy aburrido eso de darle vueltas a las cosas. ¡Puedes ser tan superficial como el que más! No te creas que “ir de profundo” te salvará de algo: todo lo que mide más que el grosor de la pantalla de una tableta tiene vocación de insondable y, por tanto, de mamotreto indigerible, indigesto y perjudicial para la salud de las mentes eficientes y dinámicas. Ese es tu mundo: si no te gusta, te bajas y te vienes al mío, que es ya todo profundidad. Por cierto, si puedes hablar con Joan Margarit, dile que Joana está muy bien, que sigue con la misma sonrisa que en las fotografías, pero que, sin las cortapisas y miserias de la vida, es poema eterno, como el mar de Colera.
    Haré como Eduard: a mí me gusta, sobre todo, el primero de estos Destellos. Simple, machadiano: el trabajo de los cauces no está prestigiado porque nos perdemos en valorar los resultados. Nada fluye, nada se convierte en intuición si antes no ha sido esfuerzo que los resultados hacen olvidar. El más bonito, el tercero: los contrarios construyen la certeza de un yo desamparado en el vacío insondable del nosotros, vosotros y ellos ignorado desde un autismo voluntario y endémico.

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    1. Veo, estimado don José María, que no pierde esa retranca que gastó en vida. Aunque su ironía es aquí más sutil… Yo no me quiero bajar de nada: quiero ejercer mi derecho a vivir dejado vivir y pidiendo que toleren mi diversidad… Mi ritmo, quizás más del siglo XIX que del XXI, me hace parecer ineficiente cuando, simplemente, es más lento. ¿Qué culpa tengo yo de que me guste volver siempre sobre lo mismo? Si no soy capaz de aburrirme ante lo que siempre está por reconocer, ¿por qué me marginan los que se creen mejores por su avidez consumista de instantes falsamente nuevos? Amo la vida, pero a mis precios, que no se pueden pagar con dinero.
      Siento no poder hablar con Joan Margarit. Tampoco hace falta: él ya sabe lo que usted me dice.
      Le sigo leyendo y estudiando. Su transparencia me sigue llenando de luz.

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