jueves, 1 de mayo de 2014

Haikus XIII






    La autopista abisma con su cesura el campo. La prisa y su colesterol esclerotizan las arterias del llegar. El monte, a pesar de todo, saluda desde sus ritmos a quienes no miran lo que ven: la genista, como humilde orquídea silvestre y nuestra, ilumina cada año sus verdes perennes con la llama amarilla de sus flores.


Mayo retama:
enciende de amarillo
su verde cama.


      Algún conductor, desde su beato sillón automóvil, puede pensar, quizás sin ser plenamente consciente, que el mundo está bien hecho.










6 comentarios:

  1. Rodó! em comencen a agradar els haikus.. :)
    Petons i bon pont!

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    1. Els haikus són, estimada Clara, finestres que centren realitats. Són microscopis lírics, traductors minimalistes de percepcions. Un bon haiku, llegit amb la calma necessària, pot aconduir cap a un aperitiu d’ataràxia. Només són disset paraules: una nominalització del que sentim en veure. A elles es condensa un estat d’ànim que hauria de poguer ser copsat pel lector, que torna a maximitzar la impressió minimalista i profunda.
      Quants mes llegeixis, més t’agradaran.
      Gràcies per passejar per aquests jardins abradeños, sembrats de haikus i d’altres flors líriques.

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  2. Me gusta, Ábradas, ese uso verbal del sustantivo “retama”: le da acción a lo que, aparentemente, solo es. Mayo, como agente,” retama”, retamea: inflama el verde del amarillo que despierta la vista de quien mira. Muy cortazariano ese juego transcategorizador y adanizador de realidades. El verde, a fuerza de ser, se hace transparente. El amarillo lo desautomatiza. Incluso cuando esa vida duerme en los montes que las autopistas enajenan. Algo de ese destello gualdo, que en detalle no deja de ser una prestigiosa orquídea, prende en los pensamientos de los conductores: su poder impresionista, como la publicidad subliminal, puebla los pensamientos de unos amarillos que los alimentarán durante el día.
    Esa pasarela de madera que nos recibe en esta entrada, aunque lejos de las heridas de asfalto, nos habla del poso, del vestigio del caminar entre retamas, a otros ritmos.
    Devolver la realidad en forma de píldora lírica puede ser una buena medicina contra la prisa del mirar.

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  3. Con lectores como usted, querido don José María, da gusto seguir escribiendo. Algo parecido a lo que usted expone es lo que yo quiero decir. El uso verbal del sustantivo central “retama” es la clave (de esta bóveda de concavidad hacia lo vertical que acoge la convexidad de la vida que alberga)

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  4. Sintético y expresivo, o sea, un buen haiku ;)

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    1. Gracias, Eduard. La síntesis en el haiku es la necesidad de su virtud potencial: destello lírico de superficie de iceberg.

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