jueves, 24 de julio de 2014

Arquitrabes I



Sobre un puente de ironías y bagatelas, viene lo menos sólido de los iconoclastas jóvenes de la “Resi” (con Pepín Bello a la cabeza) y la ácida crítica sardónica del lúcido Jaime Gil de Biedma: los anaglifos se disfrazan de arquitrabe y llegan hasta nosotros, con el permiso de algunas greguerías de Ramón y determinadas provocaciones de Cortázar.

         El relieve óptico o real, de base etílica o simplemente fruto del divertimento y la broma, puede redimensionar la viga maestra de lo que pasa desapercibido por cotidiano. Los capiteles de las columnas pueblan también de ornamentación la trabe y la anaglifan. Es el 3D para sorprender las estructuras invisibles que soportan la realidad.

         Si la greguería es un cóctel de metáfora y humor, en proporciones cambiantes; si los pameos, meopas  o glíglicos del cronopio Cortázar se siembran en el azar del juego y contra la costra de la costumbre; si los anaglifos son entretenimientos poéticos para los postres estudiantiles o las noches de ocurrencias; si el poema “El arquitrabe” gildebiedmano hace de la ironía el martillo pilón contra los “andamios para las ideas” del Régimen; estos Arquitrabes límbicos quieren hacer convergir las condiciones anteriores en una nueva propuesta embastada sobre sus viejos hallazgos.

         Hay una expresión castellana en la que “hablar del arquitrabe” equivale a mantener discusiones bizantinas (aquello del sexo de los ángeles, la naturaleza divina…, ya sabéis) ¿Hay mayor ironía conceptual? El dogma hecho perifollo. 

Estereoscopia lírica de la nimiedad. Reverencia con corte de manga (o peineta) a la trascendencia del “hicetnunc” nuestro de cada día. Arquitrabes como arquivoltas para sustentar el suelo en su adorno en torno al vano.





Cono sin la virgulilla sobre la n. 

Con ese apéndice volador a la vista, otro sería su pulso con la gravedad.







3 comentarios:

  1. Quizás, querido Ábradas, el vuelo conceptual entre la imagen y la broma léxica sea excesivo. Un “cono” que añora el “coño” a partir de la virgulilla sobre la “n” que los diferencia y que de esa diferencia dependa la erección o flacidez del cono-pene… ¿Una verga arruinada por la ausencia de vestigio de vagina? Sigue explorando esta oportunidad: tiene posibilidades.

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    1. Posibilidades quizás sí, don José María. Tengo que seguir dándole vueltas a esta especie de “flash” de la gracia conceptual léxica. La coartada intelectual, como en el arte moderno, el discurso contextual que justifica la creación no es lo suficientemente evidente. Volveremos a buscar otras síntesis en las que poder hacer disfrutar de la punta del iceberg sin aludir a su base. Si yo viví la gracia de la visión, tengo que poder comunicarla.

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