miércoles, 29 de julio de 2015

Velocidades


Tener el alma de puente, de mirada lenta, para que el agua empatice con tu ver.


Mirar de agua para ver el tiempo en su duración



         La duración es una cualidad que podemos proyectar sobre el tiempo porque no le pertenece, es nuestra. La dualidad del ser mientras se deja de ser tiene en el mecanismo mental de la duración la semilla del arraigo. Los ojos pueden ser así órbitas espaciales que retienen la mirada desde la visión de altura: la duración da perspectivas que la velocidad de mirar nos quita.

         No llega a ser un poema: se ha quedado en destellos vertebrados con epifonema. Cada estrofa dura el tiempo que la frontera de silencio de los interlineados imponga al lector. Es cosa de la poesía, no de mis versos.



Pasa el espacio
bajo el espacio inmóvil del coche. 


           Fluyen las corrientes
y cambian un mar que es siempre el mismo.


           Se precipita todo el tiempo
en un  mismo reloj parado.


            Bajo la canción repetida del CD
siguen suicidándose las noticias de la radio.


           Bajo la canción repetida del puerto USB
(solo hay una, un millón de veces, en sus 8 gigas)
la música naufraga en su novedad.


           Se superponen imágenes,
abismalmente ciegas,
bajo mi imagen en el espejo del ascensor.


           El libro eclipsa la dispersión de la prensa
en el cimbrear de las partículas de gas
que acunan motas de polvo.


           Einstein en el pensamiento de un átomo.


           El deseo a un cuerpo se apaga,
           el amor permanece.


Los muros de “facebook” son ríos
que van a dar a un océano, que es la nada del exceso.

Pasa la prisa:
bajo tu sosiego de puente romano,
pasa sin pausa la prisa de la prosa:
Te enquistas en poema.



Puedes cerrar los ojos,
acurrucarte en un rincón, 


aislarte: 


el mundo sigue girando
al pairo en el universo
y el universo  e  x  p  a  n  d  i  é  n  d  o  s  e
dentro de tu cabeza
cuando te pienso, infinita,
desde  mi centro.



Gilbert Garcin: "Courir après le temps" (1995)

1 comentario:

  1. Es una interesante reflexión sobre la abundancia del exceso en nuestros días, la absoluta saturación en que vivimos. Me pregunto si algún día, los muros de facebook de las "personas ilustres" serán estudiados como antes lo eran sus epistolarios. Un abrazo!!
    PD. Es un poema de la cabeza a los pies.

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