domingo, 14 de mayo de 2017

Morfología y sintaxis del gorrión




 
"Crucifixión" de Alberto García-Alix. Pero la del gorrión es sin martirio, difuminada en su desaparecer humilde como su presencia.



         En España, dicen los expertos de la Sociedad Española de Ornitología, en los últimos veinte años, han dejador de ser unos ocho millones de gorriones (entre 1980 y 2013 calculan que más de un sesenta por ciento ha desaparecido en Europa)

         Lo humilde solo se echa en falta cuando se hace añoranza y es ausencia. Tan cerca y tan ajenos. Tan humanos desde sus plumas color tierra y su pecho de ceniza, desde lo castaño y pardo de su mirar inquieto serenante.

         Como el poeta, el gorrión tiene que exiliarse del mundo. O es al revés: el destierro (con corazón de desaire y desmar) del poeta, extranjero ya hasta de la palabra, sigue la agonía del gorrión.



                                                                 

Ni mirlo blanco.
Ni cisne negro.
Ni trébol de cuatro hojas:
Gorrión:
realidad
en su imperfecta perfección posible.
Como el pavo real,
más bello que el impostor doméstico.

Ni paloma ni águila ni halcón
místicos:
gorrión.
Ni siquiera el albatros  de Baudelaire,
que la majestuosidad
solo se humilla cuando se pierde
la razón de ser
(en el aire o en el suelo)
Passer domesticus,
corazón y huesos de vuelo,
esternón quillado que abre el aire,
es alrededor humano,
escudero manso
de su azacaneo,
termómetro de su salud.

         La morfología del gorrión
necesita
la sintaxis del viento;
precisa
la sintaxis de hombre
en progreso
de abcisas que verticalicen
las ordenadas vigilantes
de la horizontalidad,
sin perder el rumbo
de su raíz.


Emulsión poesía-vida.

Caracolea el mar sobre la piedra
en convexidad de agua
que, cóncava, después
se sume en el todo amorfo y azul.
Lo ha hecho,
lo sigue haciendo en mil novecientos hoy
y lo seguirá haciendo
mientras el poeta,
idea hecha palabra
(como dios encarnó en hombre),
habite con su mirada un mundo
erosionado por la rutina de la novedad.

El poeta, ese ornitólogo
de la humanidad
con vocación de gorrión.



 
El gorrión hace atalaya de cualquier lugar. Humaniza el desamparo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario