Sobre un puente de ironías y
bagatelas, viene lo menos sólido de los iconoclastas jóvenes de la “Resi” (con
Pepín Bello a la cabeza) y la ácida crítica sardónica del lúcido Jaime Gil de
Biedma: los anaglifos se disfrazan de arquitrabe y llegan hasta nosotros, con
el permiso de algunas greguerías de Ramón y determinadas provocaciones de
Cortázar.
El
relieve óptico o real, de base etílica o simplemente fruto del divertimento y
la broma, puede redimensionar la viga maestra de lo que pasa desapercibido por
cotidiano. Los capiteles de las columnas pueblan también de ornamentación la
trabe y la anaglifan. Es el 3D para sorprender las estructuras invisibles que
soportan la realidad.
Si
la greguería es un cóctel de metáfora y humor, en proporciones cambiantes; si
los pameos, meopas o glíglicos del cronopio
Cortázar se siembran en el azar del juego y contra la costra de la costumbre;
si los anaglifos son entretenimientos poéticos para los postres estudiantiles o
las noches de ocurrencias; si el poema “El arquitrabe” gildebiedmano hace de la
ironía el martillo pilón contra los “andamios para las ideas” del Régimen; estos
Arquitrabes límbicos quieren hacer convergir las condiciones anteriores en una
nueva propuesta embastada sobre sus viejos hallazgos.
Hay
una expresión castellana en la que “hablar del arquitrabe” equivale a mantener
discusiones bizantinas (aquello del sexo de los ángeles, la naturaleza divina…,
ya sabéis) ¿Hay mayor ironía conceptual? El dogma hecho perifollo.
Estereoscopia
lírica de la nimiedad. Reverencia con corte de manga (o peineta) a la
trascendencia del “hicetnunc” nuestro
de cada día. Arquitrabes como arquivoltas para sustentar el suelo en su adorno
en torno al vano.
Cono sin la virgulilla sobre la n.
Con ese apéndice volador a la vista, otro
sería su pulso con la gravedad.
Quizás, querido Ábradas, el vuelo conceptual entre la imagen y la broma léxica sea excesivo. Un “cono” que añora el “coño” a partir de la virgulilla sobre la “n” que los diferencia y que de esa diferencia dependa la erección o flacidez del cono-pene… ¿Una verga arruinada por la ausencia de vestigio de vagina? Sigue explorando esta oportunidad: tiene posibilidades.
ResponderEliminarPosibilidades quizás sí, don José María. Tengo que seguir dándole vueltas a esta especie de “flash” de la gracia conceptual léxica. La coartada intelectual, como en el arte moderno, el discurso contextual que justifica la creación no es lo suficientemente evidente. Volveremos a buscar otras síntesis en las que poder hacer disfrutar de la punta del iceberg sin aludir a su base. Si yo viví la gracia de la visión, tengo que poder comunicarla.
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