domingo, 30 de septiembre de 2012

El milagro de la condensación del espacio hasta hacerlo infinito y de presencia ausente



Los efectos secundarios de esta transustanciación están por comprobar. De momento, el universo físico deja más hueco para otras cosas mientras los libros, sonámbulos, pululan planos y ciegos por los limbos de la librería de Babel, que tiene una sola estantería infinita y sin peso. Los libros son paisajes que dan a todas las ventanas; son puertas abiertas en todas las pantallas. Pero se impone leer entre líneas, que ahora quiere decir  aprender a leer esa segunda capa insondable de la superficie, aquello que vive bajo su escritorio: a veces laberintos de enlaces que se bifurcan en dualidad binaria recurrente de difícil retorno. El hilo de Ariadna, casi desovillado, rueda hacia el centro de ningún lugar.
Este apunte es el noray que abarloa a esta pantalla un pecio que duerme bajo las aguas de la navegación masiva. Duerme, no nació muerto: fue parido con vocación de aire porque para ser papel ya no había presupuesto.



El número 13 de la revista Laberintos, dinamizada por el doctor Manuel Aznar Soler y alentada y nutrida por un grupo de investigadores movidos por su interés en los estudios sobre los exilios culturales españoles, se ilumina ante los ojos de sus posibles lectores en una versión digital, abortada su aventura física de cuidada presentación en papel en su número 12. Aquí la podréis leer en esa versión “facsímil” a la que nos lleva el “pedefar” los volúmenes para hacerlos superficies sin fondo enmarcadas en la pantalla, emergidas de sus profundidades.
Si tocáis la imagen que sigue a este párrafo, os quedan horas de lectura para llegar a su quilla hundida sobre el lecho de arena de la indiferencia. Entre las páginas 179 y 209 vive “La poesía de José María Quiroga Plá: una realidad reflejada en el espejo desazogado de la historia de la literatura”. Es un repaso a su obra completa con un “Menú degustación poético” (páginas 193-209) con el que hacer veinticinco paradas en veinticinco textos que nos acercan al poeta que fue y que quiere seguir siendo. La inmersión es vuestra: yo bajé a pulmón.



AZNAR SOLER, Manuel (director). Laberintos 13. Revista de estudios sobre los exilios culturales españoles. València: Biblioteca Valenciana, 2011.
 



8 comentarios:

  1. Perdemos físicamente a Laberintos pero ganamos poderlo leer, y encontar su información, tranquilamente a través de la pantalla. Conseguimos tenerlo más próximo a pesar de no tenerlo... ¡gran paradoja de este tiempo que nos ha de dar más sorpresas!

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    1. Sí, estimat Galderich: el que no veig és la "tranquil.litat" que anomenes... És cert que sempre està a l'abast d'un moviment de canell i una lleu pressió a sobre d'un botó, però falta,en general, la paciència per accedir als continguts que hi ha darrere de les paraules que cal llegir. Hi ha massa pressa per arribar i també per quedar-s'hi: encara no hem arribat i ja volem marxar cap un altre lloc. El paper dona més valor a la durada, incita més i millor a la lectura i la "tranquil.litat" perquè no voelm anar a un altre lloc. La paradoxa del nostre temps cal "desparadoxar-la" per poder aprofitar la immediatesa, gaudir-la i aprendre'n de forma duradora. No és el apocal.lipsi, però cal reciclar la facilitat per fundar la nova responsabilitat: cal que fem pedagogia en aquest sentit

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  2. ¡Cuánto tiempo sin saber de ti en estos Limbos, querido Ábradas! Leí con atención tu artículoy me siento identificado con la presentación y con el "Menú degustación poético" de mi obra que ofreces. Hay más poemas, que no conoces, que podrían haberte servido para dar esa visión general de mí que quieres. ¡Lástima que no exista ningún artefacto que permita recuperar lo que el olvido ha sepultado bajo capas de indiferencia¡ ¡Lástima que yo no pueda comunicarme contigo más que a través de este foro! Es lo que tiene la muerte... Saluda a Manuel Aznar, siempre dinamizando la historia y la cultura que otros anquilosaron por la fuerza.

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    1. Sí que es una lástima que el olvido haga opaca nuestra relación: ¡cuánto vamos a ignorar por no poder comunicarnos sin las interferencias de las sombras de los papeles perdidos! En fin: seguiremos buscando pistas...

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  3. El laverinto más complejo para el hombre decía Borges és el que separa dos puntos en una línea recta.
    ¿Sabes que hoy ya es la segunda vez que leo el nombre de José María Quiroga Pla? La primera vez ha sido leyendo al introducción a un volumen de varias obras de Unamuno. Por cierto, que al leerlo me has venido indefectiblemente a la cabeza.

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    1. Los laberintos también pueden ser mágicos, como los de Max Aub. Pero, es cierto, la línea recta puede constituir toda una aventura de pérdidas y encuentros. Desde nuestra atalaya histórica, el resumen de una vida puede ser un laberinto diáfano: una fecha de nacimiento, unas fechas emblemáticas y otra que hace de punto final de la línea. A pie de vida se pierde la perspectiva, el norte y la dirección de la salida. Y esa misma línea recta en un exilio, condicionado por la brutalidad del contrapelo diario...
      Ojalá puedas tropezar con el nombre de Quiroga Plá dos veces cada día (y que con él puedas recordarme alguna)

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  4. laberinto, nuestro interior, al que no muchos van por miedo de no encontrar la salida
    salut

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    1. El laberinto personal, si no es al que nos aboca la locura, siempre es responsabilidad nuestra: trazar el itinerario y buscar las salidas forma parte de la vida misma. Pero hay laberintos que son trampas diseñadas desde el exterior. Quiroga Plá vivió y murió, esperanzado, pero atrapado.

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