domingo, 21 de junio de 2015

Arquitrabes XII: selfiecentrismo


Jorge Guillén ("selfie")





Una empresa de márquetin, emprendedora, como tiene que ser, pleonásticamente,  rentabiliza los narcisismos icónicos, con su correspondiente cuota de filantropía, “monetizando” (eufemismo metonímico material del lucro –en un tiempo de dinero sin monedas-) lo que denomina el “clásico selfie”. ¡A qué velocidad el presente se vuelve clásico ahora, en directo!

Quizás la reencarnación mitológica de Adán, reencarnado a su vez en Prometeo, tome cuerpo en el, desde su “selfie” encriptado, abismo binario del “big data” y robe, Robin Hood o señor feudal, la nueva capacidad de conocer. Adán usurpó la deidad del conocimiento; Prometeo el fuego; el “selfieperson” contemporáneo quizás llegue a dios: esa abstracción concreta que habita las nubes platónicas de la sabiduría. Desde la boca de embudo de su poder, la democracia o la dictadura dependerán de su formación.





Ciro Alegría,
un mediodía sin sombra,
tropieza con Jorge Guillén.
“El mundo es ancho y ajeno”- le dice.
El poeta, desdoblado en su cántico,
todo ya pleno,
le contesta mirándose en su móvil:
“Soy yo, en este instante,
Centro de tanto alrededor”


Cada uno
tomó su camino
de presentes sucesiones
de viviente muriendo.



Jorge Guillén a la sombra de su sombra: mediodía de sí mismo

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias, Omar enletrasarte. Me entrego en cada entrega.
      Un saludo.

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  2. Muy ocurrente esa versión de la poética guilleniana, Ábradas. Tienes claro que, como comentó Gil de Biedma en una conversación con Barral, que hay que distinguir entre la voz poética y la humana de Jorge Guillén, que hay que hacerlo en todos los poetas. Esa es la tragedia oculta de la ironía que nos traes: quien vive haciéndose centro en su móvil no entiende de voz impostada y se entrega en el que cree que quiere ser en el que muestra. Rimbaud y su “car je est un autre” quedan lejos de estos postureos petimétricos.

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    1. Lo sé, don José María. Por eso utilizo la sordina de estos Arquitrabes para no tomarme demasiado en serio. Nada es ni tan fútil ni tan trascendente. Me pareció una ocurrencia que merecía una entrada en este blog, centro de un alrededor de desierto, nada diluida en la nada del todo que es este universo que hemos creado entre todos. El “salvavidas de la forma”, que decía el maestro Guillén, vive, amorfo, en estos Limbos.

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