domingo, 11 de junio de 2017

Libertad preñada de criterio







 
Helena Palao Bertran. Su talento musical excede cualquier taxonomía lingüística. Va más allá de lo evaluable.
          


         Después de un número considerable de clases, de convivencia intelectual y vital con la lengua y la literatura castellanas como excusa, los cauces buscan nuevas cuencas, como tiene que ser para poder ser.

         Oí cantar a Helena Palao en la salida de tutoría de primero de bachillerato a la Cerdanya. Y ese talento abrió la posibilidad que ahora es una realidad. Porque los alumnos son lo que dan en clase y también todo lo que  nos perdemos en el aula. Como los profesores.

         Después de muchos comentarios de texto curriculares, aquí va un comentario de texto vital. Lo que se pueda entender de lo que quiere decir no es necesario verbalizarlo desde una tipología textual expositivo-argumentativa. Es un texto con vocación performativa, con arquitectura de puente entre la experiencia que lo dicta y la experiencia que espera. 

         Ahora ya saben que el imperativo, que solo tiene presente y segunda persona, comparte con la modalidad exhortativa y la función del lenguaje apelativa, la semilla del amor. Que el modo enunciativo alocutivo puede tener entrañas elocutivas, de un lirismo inseminado de epicidad del vosotros personalizada en cada deixis del tú concreto.

         Entre mi intento por reproducir en tercero de ESO la supuesta juglarización de El Cantar de Mío Cid y este regalo musical de Helena Palao Bertran (y su profesora de canto Aranzazu García Oncina) hemos navegado en una intersección poética memorable.

         Sintetizar una voluntad de maestro flexible y empático en una canción me parece el mejor epílogo a un prólogo. En la voz de Helena Palao suena a fusión de raíz y alas. Raíz que pudo parecer cadena (y ahora se ve en su dimensión fundamental). Alas que pudieron parecer futuro incierto, confusión, y que ahora son lo que puedan ser desde su raíz hecha ya tronco.




                        Para las personas que han construido Polder;  sin miedo al imperativo del amor.


Cada uno es el cabo de su hilo,
el nido en el que se gestó su afán.
Llegados por azar al nuevo hogar,
trenzados, sois ya este nuevo tejido.

Aprender a ser implica haber sido.
Tramar complicidades para ser
os pide el talento de querer
crecer sobre el cultivo aprendido.

Llenad la libertad
con criterios dialogados
para combatir la desutopización.
Sembrad  la sociedad
con raíces bien aladas
para saber almar esta automatización.
Sentid:

El universo late en vuestro lado:
empantallaros abona crecer
en vuelo hacia el vosotros sin caer
en la fácil felicidad,  lastrados.

    Alforjas para la investigación
de la aventura de vivir lleváis.
Espacio fértil para que vayáis
enriqueciendo, libres, su valor.

Llenad la libertad
con criterios dialogados
para combatir la desutopización.
Sembrad  la sociedad
con raíces bien aladas
para saber almar esta automatización.
Sentid:

    Aquellos hilos son estas maromas
que ahora dan alas a vuestro zarpar
Levad las anclas y futuread:
fletados , estibaréis en nuevas proas.

Este puerto nuestro ha sido y será siempre el vuestro.
Este tiempo nuestro ha sido y será siempre el vuestro.

Llenad la libertad
con criterios dialogados
para combatir la desutopización.
Sembrad  la sociedad
con raíces bien aladas
para saber almar esta automatización.
Sentid:


                                                                 

Pascual Gálvez Ramírez, mayo de 2017.



1 comentario:

  1. Sentir l'Helena va ser molt emocionant. Escoltar la lletra una meravella.

    Em quedo sobretot en:
    "Este puerto nuestro ha sido y será siempre el vuestro.
    Este tiempo nuestro ha sido y será siempre el vuestro."

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