domingo, 11 de junio de 2017

Destellos LXXXI








 
Nubes magmáticas en su realidad: de su eclipsar la luz nace el cielo.



         Zapingueo conceptual como Caballo de Troya. Ni “zapping” ya (“flip channels”, “channels-hopping” o “channel-surfing” no han tenido tanta fortuna colonizadora): picoteo en vuelo como remolinos vangoghianos hacia ninguna parte. Y la felicidad en ese desconcierto sin consciencia.

         Fugaces, las ideas cruzan como cometas el universo del pensamiento. El cazamariposas léxico ha sido capaz de musealizar lo que sigue.
        




Buscaba la envergadura del alrededor abrazable con sus alas.




Progreso: sincronía de diacronías.




Selfie” del alma. Cuando encuentren la aplicación podrá ser un gran negocio efímero. “Soulfie” se llamará.




Lágrima: cera de la vela de la tristeza.




El peor de los tropos es el de la tarjeta de crédito porque siempre es a débito.




El grifo del “quizás” desagua en el lago del “después” que acaba en el mar del “siempre” o en el universo del “nunca”.



Las nubes son, fuera de la matriz sin raíz del corazón, palomitas de maíz. No: “popcorn” (que su traducción ya es una metamorfosis de la verdadera realidad, que solo habla inglés)




¿Cómo podemos estar tan muertos sintiéndonos tan vivos?




Desde fuera de Mátrix se ven las costuras del oropel, los cementerios inmensos de los cadáveres de múrex de la púrpura. 



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