domingo, 18 de noviembre de 2018

Maraña fértil


 
Maraña Fértil. Sara Milian Llauradó. 2018. Técnica mixta sobre papel (35 x 25 x infinito)


 
                  
A Sara Milian Llauradó, generosa en arte y vida.


Para combatir la desorientación vital, poesía visual. La occidentalización precipita, tuneada de orientalismos, el naufragio feliz. Necesitamos la perspectiva múltiple del cubismo para ver al mirar desde los mismos ojos preñados de ojos prestados. El plano también tiene profundidad. La orientación da el sentido. El sentido da la vida. La vida conjura la muerte y la deja fuera del círculo.

 
Maraña fértil 1

Perspectiva primera.
Sol y testículos de la maraña se oponen en diagonal, eclipsados por el caos de cabos sin extremos. Pende el anzuelo bajo la mano oferente. Un nudo de posibilidades hace nido en un ombligo que es corazón y centro, médula  meridiana de una oscuridad latente y fértil como un tesoro. Parece telaraña enredada, pero es un circuito de venas y bronquios para inventar el aire. Virolas y alvéolos blancos espiran lo que inspiran, filtrado por la malla laberíntica, tornasolada de claroscuros.
Lanzará la mano al sol el ovillo para, asistida por el brazo, abrazar lo que su caótica trama oculta. La melena de Ariadna conduce al Minotauro y lo saca de su dédalo, lo transforma en Ícaro refractario.
Andarivel  de nudos entre la idea, la voluntad y  el acto. Trasmina hojas el embrollo de mechas, pabilos y arterias. Maduran algunas al florecer a la intemperie.
Brilla un sol concéntrico en el centro la yema seminal. Geometrías convexas para marear lo cóncavo y hacerlo universo. Cada madeja de vida contiene su sol.

 
Maraña fértil 2

Perspectiva segunda.
Llueve negro sobre el toro abatido florido. Cuernos  como laurel coronan su testa atravesada por los tiznes y otoños oxidados de su martirio. Flores ovales adornan su muerte al sol crepuscular. El verde aguacate siembra caminos de redención como estelas de luna sucia hacia el Averno.
Quizás la tenia que son sus intestinos, como manojo de cables, autista y pletórica de aire comprimido, ha desconectado para ser en su celda, ajena a la alienación “on line”.

 
Maraña fértil 3

Perspectiva tercera.
Sobre el sol frío se eleva el monumento que da a luz la luz y la sombra. Luz mandorla y fárfara. Sombra como difuminarse haciendo mutis por el foro, como humo negro de horizonte. Luz como farolas gemelas univitelinas que asombran con su claridad lo siniestro. Precario equilibrio vertical de nube preñada de fondo.
El sol bajo, vórtice dinámico, construye el caos de agua en hilos que ha de fundar la vida. Sobre él, la noche constelada de grafito, la nube nodriza de sueños latentes. Caminos diagonales hollados de pinaza rielan hacia su este más aquel.

 
Maraña fértil 4

Perspectiva cuarta.
Lame el dragón el fuego del mundo para ser mundo. Saurio que fue avestruz y mete los sentidos en la luz para ver. Florecen sobre su cabeza los hijos en que germina su cuello: firme sobre el suelo, su médula, Sísifo esperanzado, riega de savia radical sus pensamientos. Aristóteles necesita a Platón para construir la caverna y salir de ella, preñada de ulises y sirenas, de polifemos y galateas.
Cordones, conductos deferentes, ligamentos ováricos, lanas y prólogos de tejido componen un paisaje sin tiempo en el que habitan todas las posibilidades de trasversalidad  longitudinal, agazapadas ahora es esta atalaya del pensar atávico. Cuernos son sus ideas y pueden embestir el aire del cielo como alas capitales. Humbert Humbert también es Lolita y viceversa.
La corteza negra del sol es brocal hacia el magma ígneo de lo abisal.
Plano volumétrico de la fachada con intestinos como cicatrices en el rostro agusanado. Dorian Gray queda retratado en este enredo a corazón abierto.




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