José María Quiroga Plá deja inédito su libro Valses de la memoria, que deberían haber editado Max Aub y Joaquín Díez-Canedo si, como han dejado escrito Herrera Petere y la viuda del poeta, Suzanne Duval, Gonzalo Semprún lo hubiese llevado hasta las manos de los editores en México. Solo podemos leer, que yo sepa, el fragmento que conservó Rafael Martínez Nadal, quien lo ha sacado del silencio en su Miguel de Unamuno: dos viñetas. Y José María Quiroga Plá: hombre y poeta desterrados en París (1951-1955). Madrid: Casariego, 2000 , pp. 237-240.
La carta de Suzanne Duval al hijo del poeta, fechada en Ginebra el 13 de agosto de 1955, dice:
“He olvidado decirte, que todos los poemas inéditos de tu padre están ahora en México, entre las manos de un buen amigo de tu padre, Max Aub (Euclides, México, 5, D.F.).Te doy las señas por si acaso queréis escribirle un día. Fue él quien se ocupó de la edición de “La realidad reflejada”, y va a hacer lo mismo para el próximo libro, que se llamará “Valses de la memoria”. Tenemos el prólogo de este libro, pues José María todavía pudo dictarlo a Virgilio. También te lo mando con mi carta de hoy. Si quieres pedir o preguntarme algo, sabes que estoy a tu disposición para todo lo posible.”
Quince años después, un 29 de octubre de 1970, Max Aub le escribe Miguel Quiroga:
“El 29 de abril de 1955, José Herrera Petere me envió unas líneas anunciándome la llegada de Gonzalo Semprún que me traía Valses de la memoria con el prólogo que había dictado José María poco antes de su muerte. Desgraciadamente nunca apareció Semprún ni jamás me volvió a hablar de él Petere, ni siquiera el año pasado, cuando estuve quince días en Ginebra”
¿En qué limbo yace olvidado ese original?
En una carta del poeta a su amigo Martínez Nadal, fechada en París el 3 de febrero de 1953, le dice:
“Quisiera completar Valses de la memoria, poemas en verso largo, regular o puramente rítmico”
Efectivamente, el fragmento que conservamos hace de la palabra ritmo bailable al son ternario de la memoria, con endecasílabos blancos que se dejan tentar por la música que propician y vibran en rimas esporádicas y melódicas.
Pero devolvámosle la voz al poeta. Primero en el fragmento inicial del prólogo; luego en su poesía.
“Valses de la memoria será, según todas las trazas, mi último libro, cuya aparición me temo que no veré. Es una de las maldiciones del destierro, en el que dos cosas me han roído continuamente el alma: volver a ver mi España y ser leído por los públicos españoles”.
Texto mecanografiado con correcciones autógrafas de Quiroga Plá y dedicatoria a Martínez Nadal (detalle)
Valses de la memoria...
A Rafael Martínez Nadal,
con la amistad de
JMª Quiroga Pla.
JMª Quiroga Pla.
París, julio 1951.
VALSES de la memoria, entre dos vueltas
de la conciencia, medio adormecida
en momentánea dejadez flotante
sobre la almohada -espacio y tiempo justos
para esbozar
el resbalar
de un paso,
para apurar
el rejalgar
de un vaso,
para cifrar
en un lunar
destello
un destino estelar tallado en sello.
Girar, girar, girar. Como la lima
imantada, atrae en un concéntrico,
ordenado venir, el polvo fino
de irisado metal -nuestro pasado.
Y sin saber...
Aquí todo es sorpresa;
lo que cuenta es el paso y es la música.
Por encima del hombro que se apoya
¡qué deslumbrados ojos estoy viendo,
entreviendo, al pasar! (¿Fueron los míos,
y yo ese adolescente que sonríe
-que sonreía- heroicamente casi
para pasar, temblando y de puntillas,
tanta pasión, y tanta fiebre y tanto
entusiasmo en la rueda, disfrazada
su crispada fricción de indiferencia?)
Y luego, a la otra vuelta, la salobre
ola de soledad desesperada
que sube en flecha en el silencio, y grita
entre cuatro paredes, y se estrella
y cae, y al caer no encuentra fondo
en que dormir por siempre sosegada...
¡Y ese fervor, de pronto disparado
y que al pasar tropieza en manos, voces
a que prenderse, en que trabar su fuerza
para ganar, vencido, el horizonte.
Y otra vez, otra vez la mala playa
que da apenas cabida a un solo náufrago!
¡Ay, soledad! ¡Oh, soledad! Condena
del hijo de hombre y de mujer, cadena
que ata de pies y manos a esta furia
derramada hacia todos, para todos.
Escucha, oye esa voz, oye esa música
a tu ansia paralela -fuente, luego,
que hacia tu sed, hasta tu sed desciende.
Amor liberador, que trae el cielo
a la linde, al alcance de tus ojos.
Es todo tuyo porque tú eres todo,
y esta cerrada concha que te guarda
es tan porosa, que si la marea
por los pulsos del mundo va subiendo,
es su latido el que tus venas colma
y el que en la boca que te besa sientes.
¡Y es todo tan ligero! ¡Y tan borroso
todo!
Mañana, cuando te levantes,
cada cosa estará puesta en su sitio.
Esta memoria clasificadora
habrá devuelto su función, su número
a todo lo que cambia en superficie
pero sabe, esencial, decir: “¡presente!”
en el momento justo.
Mientras tanto,
el sueño mece todo. La memoria
es un mágico cuento de nodriza,
y en el fondo insondable del dormir
y del rompecabezas de los sueños
hay un vago tranvía que repica
su sordo timbre, entre la densa bruma,
para atraernos insensiblemente,
para llevarnos, en volandas, hacia
el borde de la tierra y del recuerdo,
al dulce litoral de nuestra infancia,
más allá de la noche, hasta sus puertos.
París, 26 de diciembre de 1949
Tot un llibre en els "limbos"! I esperar que, ara que els llimbs eclesiàsticament no existeixen, pugui sortir de ves a saber quin racó...
ResponderEliminar...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
ABRADAS
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CARROS DE FUEGO, MEMORIAS DE AFRICA , CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.
José
Ramón...
Tal vez la memoria sea la propia ostentación del recuerdo,... o la cuenca de la mirada hecha sin carne, o nada de eso,... quién sabe...
ResponderEliminarUn cordial saludo y agradecimiento por compartir al poeta.