Tal
cual. Sin más filtro que el de la palabra a bocajarro (que ha sido pensamiento
entrojado en silencio). No hay laberinto más inescrutable que el de los surcos
y cisuras del cerebro.
No
quiero la poesía como anestesia. Quiero la emoción de vivir verbalizable.
Los
laberintos de espejos son mudos. Y excesivamente reflexivos. Y falsamente
recíprocos en su caleidoscopio de yos (sin la “e”, de plural a pelo y piel).
Que el anverso de la reverencia admirativa es la humildad. Que la humillación
es el reverso del yugo. Y el sentir común, su intersección ecuménica, parece
ser el egoísmo. El sentido común sembrado hace germinar el progreso. No estoy
contra el progreso: estoy contra este progreso.
Poesía:
palabra trenzada de silencio, música semántica del aire de la emoción y la
idea.
Devuélveme a la vida.
Subo
escaleras
mecánicas
que bajan.
que suben.
que bajan.
que suben.
mecánicas
escaleras
Bajo
Devuélveme a la vida.
Dame la fuerza
necesaria
para dominar el ciclo
automático:
Ascender o descender
ascético pero
confundido entre la multitud,
vivir infierno y cielo
en cada viaje,
sin contrapasos ni
trincheras.
Devuélveme a la vida,
a su cima:
úngeme para ser
Sísifo, Prometeo,
Escila y Caribdis en uno,
Polifemo cegado y
conforme
en el Maelstron hecho
parque de atracciones.
Devuélveme a la vida,
a su reconversión
utilitarista
de la insatisfacción:
Centrifugados de la
zona de confort,
centripetados,
gozamos en el albañal
ergonómico y
customizado
de una felicidad
gregaria.
Devuélveme a la vida
que, secuestrado por
la poesía
y víctima del síndrome
de Estocolmo,
necesito un lazarillo
de la realidad.
Devuélveme a la vida,
Rimbaud.
Rescátame de síndrome
de Mallarmé.
Que la vida no es un
libro que vivimos,
que la literatura es
mediática,
dictado icónico de youtubers,
moral de colores de instagramers
para hikikomoris
satisfechos en su
agorafilia agorafóbica.
Devuélveme a la vida,
amor.
Que me he perdido
Y no quisiera
encontrarme
en la selva civilizada
de un almacén de
Amazon.
Devuélveme a la vida:
como zombi sin
caligrafía
me he hecho analfabeto
y extranjero
en este mundo de
letras vacías.
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