Destellos CII

 

Conchas invaginadas. Fotografía de Pascual Gálvez

“Me falla la memoria: recuerdo demasiado. Recuerdo, por ejemplo, que no era.”

                          Roberto Juarroz (1925-1995)

        

Quisiera ser Roberto Juarroz. Pero Roberto Juarroz me quitó esa oportunidad y se inventó sin dejarme ya ser él. Me dio la oportunidad, eso sí, de desconocer su “casi poesía” de los “Fragmentos verticales y, así, hacerme la ilusión de una cierta originalidad de esta serie de “Destellos”. Todo está ya escrito. Todo está inventado. Sobre el palimpsesto heredado, por ignorancia, por plagio disimulado, por azar o por convergencia en las correspondencias en el ver, sentir, pensar y decir, en tiempos, lugares y personas paralelas o anacrónicas, producimos el milagro de la ilusión de la epifanía y su eco.

         La Poesía vertical de Juarroz, metapoética, ontológica y en constante construcción desde el origen hacia la cumbre lírica, se eleva sobre las transversalidades horizontales y contingentes de las necesidades vitales y sociales y las hace andamios invisibles de su alzarse para pensar la vida pensándose en ella

         Como ya he ido explicando en las introducciones a estas ciento tres tandas de “Destellos”, muchos autores han dado su versión de estas ocurrencias que nadan entre la ironía, la lírica, la filosofía y el juego léxico. De las Greguerías de Ramón Gómez de la Serna a los Aerolitos de Carlos Edmundo de Ory, pasando por todos los cultivadores de aforismos (de las pitonisas a Heráclito e Hipócrates, de Nietzsche a Wittgenstein, de Lao-Tse a Lichtenberg, de Andrés Neuman a Carlos Marzal…) ninguno hay más próximo a mí que Roberto Juarroz.

        

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He desaprendido a desvivir. Estoy aprendiendo a morir. En ese nudo vive la vida.

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Reinventó la reinvención para poder volver a inventar.

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Hiperdopado, no lo quería ya para ahora: lo quiere para el futuro.

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Nuevo grado universitario: Historia del futuro.

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Escribir vs. palabrar (vs. palabrear –de intensidad levemente inferior en  retórica hueca que parlotear y,  a su vez, más elocuente que emoticonear).

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Entre el hipertexto, el texto y el hipotexto surfea el sentido.

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Actualismo sin presente.

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La realidad aumentada es inversamente proporcional a la realidad disminuida en su aumento.

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En el panóptico sin muros que habitamos, sospechosos de procrastinación fértil, somos milimetrados a cañonazos.

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