Homenaje de Gabriel Muñiz a los costaleros de Águilas. Semana santa de 2019.La señora con bolso de la derecha y la hoja de la izquierda centran el prodigio humano de la realidad. |
A Gabriel Muñiz, artesano de la mirada que ve fotografías
en su alrededor.
Instante
preciso. Momento que contiene todos los momentos que son nada y pudieron ser
todo. Como este. La memoria digital de la cámara de Gabriel Muñiz es
palimpsesto de vida. Casi no pesa su espejo: pesa mucho el marco que le da
posibilidad de reflejo.
El “hic et nunc” y su aura analógica son
previos a cualquier “hic et ubique”
digitales. Hubo una realidad que un fotógrafo de verdad supo esperar con
paciencia para poder hacerla imagen transportable en el espacio y el tiempo. La
fotografía contiene todas las fotografías que frustraron el milagro de ese
instante, la perseverancia y el oficio de horas sin cuenta que forjaron en la
fragua de la artesanía técnica la levedad de la gravedad.
Gracias,
Gabriel, por esta amistad cómplice y fértil.
Peso del
cielo.
La gravedad divina:
raíz de vuelo.
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