sábado, 13 de febrero de 2021

El diletante fértil. Noveno paseo


 

 

 

A mis compañeros profesores, por la tensión responsable entre la posibilidad y su concreción

           

                                  

         Hoy he salido, al amanecer, polisón de sombra,  virgen de idea y he entrado con un semillero de pensamientos:

 

                   Las cerezas del cementerio

                                      Gabriel Miró

                   La sombra del ciprés es alargada

                                      Miguel Delibes

                   Industrias y andanzas de Alfanhuí

                                      Rafael Sánchez Ferlosio

                   La lámpara maravillosa

                                      Valle-Inclán

        

         El sol refulge sobre el metal de las torres de alta tensión. Sobre la curva braquistócrona de sus cables, volatinero, busca el equilibrio de la luz y sus brillos contra la bruma matinal de un sábado de carnaval.

         Andareño, busco empezar a aprenderme, comprender cómo aprehenderme sin sentirme contrabandista del conocimiento. Contribuir a la prosperidad sin engañar Estar a la altura de las circunstancias con control del criterio incluso para contravenirlo. Ser en el estar efímero de la actualización perpetua y clientelar sin hacer de cada decisión un estigma. Dejar que el universo se expanda y centrar el foco en parcelas abarcables: glocalizarme en profesión aséptica para poder permanecer y ofrecerme, en espacios estancos, en pasión para darle sentido al oficio. Combinar las nuevas formas de inteligencia con los procesos mentales líricos de mi pensamiento para sumarme al multiplicar.

         Un cementerio en obras. Construyen un tanatorio. Nicho de negocio redondo en un polígono-parque tecnoindustrial entre dos ciudades. Camposanto con iglesia y con hotel. A un lado, el sincrotrón, un acelerador de partículas en órbita cerrada. Al otro, un marmolista de cocinas y lápidas. Ajenos a la consciencia de muerte, árboles y montes siguen siendo en la eternidad de su duración.

         Ante el tanatorio, la liturgia del erotorio del ritual del mundo con su bioteca rebosante de placeres. Caminar erógeno, intelectual. Prólogo para una primavera más, sin máscaras.

 

Flores de almendro

cantan los horizontes

en cementerio

 

 

 

 

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