Un viejo árbol respetado en un terreno donde cultivar lo nuevo
Para Marisol Tripiana, por lo que
sabe.
Para llegar hay que pasear, es
necesario dar pasos. El paso como unidad humana de movimiento. Caminar;
deambular; andar; divagar; viajar por sendas de huellas graves; atajar, si se
quiere, por trochas y veredas; trajinar acarreando las ideas dinámicas en la mecánica
binaria; desfilar por anchuras, recorrer y discurrir; circular en vaivén rectilíneo;
talonear para sentir la verticalidad del mundo en la procesión.
La biela de las piernas mueve un
pensamiento binario de base diez (en números romanos con el cero indoarábigo).
Peripatético con vocación de estoico (en mar y campo abiertos, bajo pórticos de
agua, luz y aire), llevo las riendas de auriga platónico desde lo kantiano pasional.
Me proyecto en el trayecto. La dinamo del paseo transforma el movimiento
sosegado y contemplativo en pensamiento entre las hozadas de los jabalís y el respirar
humedad verde de pinos, encinas, lentiscos y musgos. La mascarilla potencia los
aromas cuando, por un momento, te abres al bosque también de fosas nasales y
boca. Otros caminantes llevan prisa y auriculares, víctimas de un
ensimismamiento enajenado. Canta la tierra, el agua, la madera, el aire;
percuten los picos sobre los troncos; llenan de música las ramas los pájaros.
En el vórtice de la prisa, en el imperio distópico de la deslocalización,
la isla de la contemplación. Rodeado de mundo abarcable por caminable, fluye el
pensamiento constructivo.
Así nace este haiku terapéutico (de homeopatía intransferible, de holística
mística personal). Bajo las botas, el sendero y sus charcos. En la cabeza, la música
de sílabas y pasos, el fluir de sonidos y sentidos que diluyen el colapso.
Dice el haiku “en sus raíces” y no “de sus raíces”. Porque toda
ala vuela en su raíz, toda consecuencia florece en su causa, toda esperanza
tiene su origen y es en su proyección su origen también. La herida llagada, el
estigma ulcerado, emite su luz. Sin tragedia de cartón piedra, enseñar a aprender
necesita la pedagogía de la herencia.
Lego mi llaga.
En sus raíces
florece la esperanza
La llaga pot ser interessadament mística -com la de Sor Patrocinio- però en aquest cas és fertilitzant i a vegades esgotadora perquè és a llarg termini, "contra viento y marea" i malauradament com un boomerang -els boomer som això?- contra nosaltres mateixos, a vegades. Una abraçada.
ResponderEliminarEl mig i llarg termini, estimat Galderich, ja no computen a l’imperi de la pressa accelerada. El resultat aquí i ara, sense horitzó, ofega les possibilitats. Per això cal caminar. Localització vs deslocalització falsament globalitzant.
EliminarGràcies pels teus comentaris.
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