jueves, 4 de febrero de 2021

El diletante fértil. Primer paseo

 

                     Un viejo árbol respetado en un terreno donde cultivar lo nuevo



Para Marisol Tripiana, por lo que sabe.

 

         Para llegar hay que pasear, es necesario dar pasos. El paso como unidad humana de movimiento. Caminar; deambular; andar; divagar; viajar por sendas de huellas graves; atajar, si se quiere, por trochas y veredas; trajinar acarreando las ideas dinámicas en la mecánica binaria; desfilar por anchuras, recorrer y discurrir; circular en vaivén rectilíneo; talonear para sentir la verticalidad del mundo en la procesión.

         La biela de las piernas mueve un pensamiento binario de base diez (en números romanos con el cero indoarábigo). Peripatético con vocación de estoico (en mar y campo abiertos, bajo pórticos de agua, luz y aire), llevo las riendas de auriga platónico desde lo kantiano pasional. Me proyecto en el trayecto. La dinamo del paseo transforma el movimiento sosegado y contemplativo en pensamiento entre las hozadas de los jabalís y el respirar humedad verde de pinos, encinas, lentiscos y musgos. La mascarilla potencia los aromas cuando, por un momento, te abres al bosque también de fosas nasales y boca. Otros caminantes llevan prisa y auriculares, víctimas de un ensimismamiento enajenado. Canta la tierra, el agua, la madera, el aire; percuten los picos sobre los troncos; llenan de música las ramas los pájaros.

En el vórtice de la prisa, en el imperio distópico de la deslocalización, la isla de la contemplación. Rodeado de mundo abarcable por caminable, fluye el pensamiento constructivo.

Así nace este haiku terapéutico (de homeopatía intransferible, de holística mística personal). Bajo las botas, el sendero y sus charcos. En la cabeza, la música de sílabas y pasos, el fluir de sonidos y sentidos que diluyen el colapso.

Dice el haiku “en sus raíces” y no “de sus raíces”. Porque toda ala vuela en su raíz, toda consecuencia florece en su causa, toda esperanza tiene su origen y es en su proyección su origen también. La herida llagada, el estigma ulcerado, emite su luz. Sin tragedia de cartón piedra, enseñar a aprender necesita la pedagogía de la herencia.

 

 

Lego mi llaga.

En sus raíces

florece la esperanza

 

 

3 comentarios:

  1. La llaga pot ser interessadament mística -com la de Sor Patrocinio- però en aquest cas és fertilitzant i a vegades esgotadora perquè és a llarg termini, "contra viento y marea" i malauradament com un boomerang -els boomer som això?- contra nosaltres mateixos, a vegades. Una abraçada.

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    1. El mig i llarg termini, estimat Galderich, ja no computen a l’imperi de la pressa accelerada. El resultat aquí i ara, sense horitzó, ofega les possibilitats. Per això cal caminar. Localització vs deslocalització falsament globalitzant.
      Gràcies pels teus comentaris.

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