y ahora isla de naturaleza empaquetada.
A Óscar Colomina, cómplice
“Quedeme y olvideme
el rostro recliné sobre
el amado;
cesó todo, y dejeme
dejando mi cuidado
entre las azucenas
olvidado”
San Juan
de la Cruz
Caricias escandalosas de mimosa, justo
en la bifurcación del discurrir. Placer sin deseo. Éxtasis sosegado. Antes:
discurrir de rumbos, certeza del paso con la maraña del pensamiento coronando
el recorrido. Después: trazar en la nueva incertidumbre la firmeza de los nuevos
pasos, con el laberinto del pensamiento puesto en la nueva derrota. Progresar
es desear ingresar en un horizonte que espera regresos.
Un bosque fagocitado. Vestigio verde
apenas. Isla de árboles y sombra de una antigua luz en un puño de asfalto.
Breve oasis de pasado, naturaleza doméstica ya.
Abstraído, ajeno al ruido, me centro en
ese centro. Cultivo el placer de la atención plena dentro del alvéolo. Placer
sin deseo: autosuficiente en la contemplación, extático como la consciencia de
cada paso. Estar así es permanecer en un paso largo, pasear dentro de un paso.
Caminar para volver.
Todo es en calidad de posible y
necesita la energía del ahora para llegar a ser acto. Entendimiento, voluntad y
memoria construyen su esencia. En la raíz de los pasos vuela.
La senda lleva
de la potencia al acto.
Siembra tus huellas
Feia dies que no et podia acompanyar en aquests passejos. Gràcies per anar sembrant en les teves petges.
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